Insolación o golpe de calor: ¿qué hacer en esos casos?
1 de julio de 2023Ir al parque o a un lago, hacer deporte, nadar, o simplemente tomar el sol... lo principal es aprovechar al máximo el buen tiempo de verano.
Pero llega un momento en que ya es suficiente y nuestro cuerpo necesita un descanso. Si pasas demasiado tiempo al sol, corres el riesgo de sufrir una insolación. Y los que trabajan mucho bajo altas temperaturas pueden incluso sufrir un golpe de calor. Cómo se produce y cómo puedes reconocer ambas cosas: aquí algunos consejos.
¿Qué es una insolación?
Mucho sol en la zona de la cabeza y el cuello puede provocar una insolación. El sobrecalentamiento irrita las meninges y el tejido cerebral y puede provocar una enfermedad llamada meningitis aséptica, que es una inflamación de las meninges no causada por una bacteria. La insolación también se describe como "golpe de calor aislado en la cabeza”.
El dolor de cabeza suele ser el primer signo de la insolación. La persona tiene la cabeza caliente y roja, le duele el cuello, puede haber agotamiento, náuseas y vómitos. Un sentimiento de mareo.
Sin embargo, la temperatura corporal de un paciente con insolación no suele ser elevada, sino más bien fría.
¿Qué hacer en caso de insolación?
En primer lugar, hay que llevar inmediatamente a los afectados por insolación a un ambiente fresco y tumbarlos boca arriba para que se recuperen lo antes posible. Hay que elevar la cabeza y la parte superior del cuerpo. Los paños fríos y húmedos pueden ayudar a enfriar zonas del cuerpo como el cuello. Además, deben beber muchos líquidos. Según los expertos, la sudoración intensa puede provocar una pérdida adicional de líquidos de hasta dos litros en días muy calurosos.
Hasta que disminuyan los síntomas, también se recomienda reposo en cama.
Importante: En los casos más graves, pueden producirse vómitos intensos, confusión o incluso pérdida del conocimiento. En estos casos, es necesario acudir al médico, aunque solo sea para descartar un golpe de calor.
¿Qué es un golpe de calor?
A menudo se confunden los términos insolación e golpe de calor. Pero el golpe de calor es más peligroso que la insolación. Un golpe de calor puede ser provocado, por ejemplo, por un sobreesfuerzo físico en un ambiente caluroso.
Debido a las altas temperaturas exteriores, el cuerpo absorbe más calor del que puede liberar. La temperatura corporal puede subir a 41 grados en diez o quince minutos. Este sobrecalentamiento agudo provoca una reacción inflamatoria en todo el organismo.
El sistema de regulación de la temperatura del cuerpo puede dejar de funcionar de modo que, por ejemplo, falle la producción de sudor. Esto provoca una acumulación de calor.
El golpe de calor es potencialmente mortal. Los síntomas incluyen pérdida de conciencia, dolor de cabeza, mareos y somnolencia, y también pueden incluir convulsiones, vómitos, diarrea y presión arterial baja. El golpe de calor se desarrolla en un plazo de una a seis horas y puede provocar la muerte en menos de 24 horas si no se toman medidas para contrarrestarlo.
En ancianos, enfermos crónicos y niños, el golpe de calor suele producirse por la combinación de altas temperaturas y graves deficiencias de líquidos y electrolitos. En los adultos sanos, un esfuerzo físico excesivo, como hacer deporte o trabajar al aire libre.
¿Qué hacer en caso de un golpe de calor?
Ante los primeros síntomas, hay que avisar inmediatamente a los servicios de emergencia. Hay que enfriar el cuerpo lo antes posible y llevar a las personas afectadas a un lugar fresco y administrarles líquidos si es posible. Se debe quitar también el exceso de ropa.
Si está inconsciente pero respira con normalidad, la persona debe colocarse en una posición lateral estable hasta que lleguen los servicios de emergencia. Importante es comprobar regularmente la respiración normal y el estado de consciencia. Si la persona no respira con normalidad, deben iniciarse las medidas de reanimación.
Evite la insolación y el golpe de calor
Con temperaturas extremadamente altas, la regulación térmica propia de nuestro cuerpo alcanza rápidamente sus límites. Además, las personas mayores suelen beber muy pocos líquidos. Como consecuencia, el cuerpo no puede producir suficiente sudor, lo que a su vez dificulta que se enfríe por sí solo. En muchos casos, lo más aconsejable y seguro es llamar al médico.
La mejor manera de evitar una insolación o incluso un golpe de calor es obvia: no tomar demasiado el sol, protegerse la cabeza con un sombrero de color claro, evitar la exposición al calor extremo si es posible y beber mucho líquido. Como regla general, un adulto necesita al menos medio litro de agua extra en los días calurosos.
(ee/few)