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Interfilm, arte y humor

Eva Usi, desde Berlín17 de noviembre de 2013

El Festival Internacional de Cortometrajes de Berlín, Interfilm, llegó a su 29 edición con un caleidoscopio de culturas. Costa Rica y corto sobre la inmigración en España fueron las sorpresas.

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Cortometrajes absurdos: "5 Metros 80".
Cortometrajes absurdos: "5 Metros 80".Imagen: interfilm

Desde Australia, Nueva Zelanda y Japón, hasta España, Costa Rica y Colombia, los amantes de este género cinematográfico emprenden desde sus butacas un viaje alrededor del mundo a través de historias cortas que abordan los más diversos temas.

El festival muestra la brutalidad de la guerra en Siria con el documental “Not Anymore”, (EE.UU.), que acompaña a Nour, joven siria de 24 años que documenta con su cámara la devastación en las calles vacías y los muertos mientras camina entre explosiones y barricadas. Ella dice no temerle a la muerte, pues le parece preferible morir así en vez de que un mortero la sorprenda en la cocina. La dictadura argentina es abordada en “Las abuelas” (Gran Bretaña), cortometraje narrado a través de los ojos de una abuela, que combina la animación, el documental y la ficción, para transmitir la agonía que viven las madres de desaparecidos que buscan a sus nietos que han sido dados en adopción a familias cercanas a los militares.

El director y fundador de Interfilm, Heinz Hermanns, afirma que la calidad es muy alta en la actual edición, en la que los filmes no exceden un límite de 20 minutos. “Cuando, como sucede en 'Las Abuelas', se incursiona en distintos estilos aunado a una buena temática, el resultado es fantástico, de una gran emocionalidad y fuerza en una cinta muy política”, afirma. Una decena de cintas latinoamericanas participan este año en Interfilm, un número relativamente bajo comparado con ediciones anteriores. Para Hermanns la producción de cortometrajes es una cuestión cultural y hay que promocionarla. El mejor ejemplo es que Estados Unidos, país que cuenta con buenas condiciones de enseñanza de cine, en este género es un enano frente a países como Alemania o Francia, este último el país del cortometraje por excelencia, en buena parte porque el Estado francés hace mucho por promoverlo.

Costa Rica, sorpresa en Interfilm

“Tenemos en esta edición muchos cortos de crítica social que no esperábamos, así como de animación. Hay una cinta de Costa Rica ("Hamburguesas de pescado") que hace una burla sobre la comida, que nos sorprendió proveniendo de un país que no cuenta con una industria cinematográfica. Tenemos una rúbrica sobre medioambiente que no pretende aleccionar al público, sino que de manera divertida, recuerda las consecuencias negativas del cambio climático”, afirma.


A lo largo de cinco días, del 12 al 17 de noviembre, han sido proyectados 500 cortometrajes de 67 países producidos durante el último año, que fueron seleccionados entre un total de 7.000 propuestas de 130 países. El festival, que se ha establecido como uno de los más relevantes del género a nivel internacional, y el segundo más importante de la capital alemana después de la Berlinale, fue fundado como un festival de cine Super 8. “Hace 32 años comenzó el proyecto en el marco del movimiento okupa en Berlín. Había muchas iniciativas culturales y muchas casas que tenían espacios vacíos en donde había que hacer algo. Había siete cines okupas y muchos cineastas que filmaban con cámara de 8 milímetros y así hicimos un primer festival”, recuerda Hermanns.

Desde el punto de vista temático, Interfilm compite en intensidad y diversidad con la Berlinale, aunque tiene un carácter más alternativo. Además del clásico género de animación, los curadores conformaron paquetes que muestran cortos sobre danza, sobre bicicletas, sobre música, un homenaje a David Bowie, cortos experimentales y una selección especial que compite por un premio del público al cortometraje más absurdo, cómico y raro.

Eject XVI, la velada de los cortos absurdos, mostró este año 21 propuestas que fueron un deleite del público que reía a carcajadas ante una competencia de clavados de jirafas ("5 meters 80", Francia), el último viaje de un pescado del mercado de Tokio al sartén mientras canta su propio réquiem con la voz de Enrico Carusso ("Una furtiva lágrima", EE.UU.), hasta la hilarante historia de un pingüino que irrumpe en un iglú en donde se encuentra a una pareja inuit, animación basada en la tira cómica del sátiro dibujante Walter Moers ("El Pingüino", Alemania).

Programa maratónico

Siete secciones de competencia y dos apartados especiales dedicados a Australia y Nueva Zelanda, por un lado y Bulgaria, por el otro, así como un apartado de programas especiales y una plataforma dedicada a clases de maestría y talleres sobre cuestiones relacionadas a la producción de cortometrajes comprenden un programa maratónico imposible de cubrir en su totalidad.

Un nutrido público acudió al taller de guionismo impartido por el cineasta y guionista de cortometrajes y series de television español, Sergio Barrejón, cuyo corto "#STOP" compitió con otras 19 propuestas en CON (confrontaciones), una sección que da una mirada a aquellas personas olvidadas en países como Etiopía, Filipinas o Irán, pero también Francia, Bélgica o España, cuyo primer premio está dotado de 2.000 euros.

"#STOP" muestra las redadas policiales contra migrantes en las calles de Madrid, mientras las pancartas de SOS Stop Racismo denuncian que más de 11.000 personas han sido deportadas, la mayoría, latinoamericanos. Barrejón explica cómo nació la cinta. “Estaba yo sentado en una terraza en una calle de Madrid cuando me pareció ver a dos tipos acosando a una mujer rumana (de aspecto gitano) con un bebé en brazos. Me acerqué y pregunté '¿qué pasa aquí?' y uno de los tipos me enseñó una placa de policía y me dijo que me marchase de ahí inmediatamente. Volví a mi terraza y me quedé observando a esos tipos y me di cuenta de que estaban identificando a personas con aspecto extranjero. Sólo paraban a negros o con rasgos indígenas, gente que no parecía española.

Ángeles en las calles de Madrid

A diferencia de lo que sucede muchas veces en la realidad, en el corto se acercan personas claramente de nacionalidad española que salvan al inmigrante en el último momento, llegan y lo toman del brazo y caminan con él hacia la estación de metro. “La policía considera que si están acompañados por un español, no detienen, porque saben que es ilegal, están cumpliendo con una directiva secreta porque está prohibido detener a alguien por su aspecto, eso es racismo”. El cineasta pensó en organizar a los ciudadanos a través de twitter y que si había alguna redada cerca de donde se encontraban se acercaran y aparentaran que eran su pareja, su hermano o su abogado.



Barrejón dirigió otro cortometraje titulado “La media pena”, que relata a través de dos personajes a España y Latinoamérica de manera tragicómica. El cineasta lamenta que los recortes en la cultura en su país provocarán una pérdida enorme del capital profesional en el cine. “Mucha gente en España está mirando hacia América Latina, hacia México o Colombia, donde hay una promoción fuerte para la producción de cine. En Brasil están invirtiendo mucho dinero y eso ha impulsado muchas coproducciones, también en Argentina. En las conversaciones de café de cineastas desesperados estos países son vistos como la tierra de la abundancia”.

Cine Babylon, una de las sedes del festival.
Cine Babylon, una de las sedes del festival.Imagen: DW/E. Usi
El cineasta y guionista Sergio Barrejón.
El cineasta y guionista Sergio Barrejón.Imagen: DW/E. Usi
Teatro Volksbühne en Berlín, uno de los teatros que exhibe las cintas.
Teatro Volksbühne en Berlín, uno de los teatros que exhibe las cintas.Imagen: DW/E. Usi
Imagen de "Father", de Sebastian Danta, de Australia.
Imagen de "Father", de Sebastian Danta, de Australia.Imagen: interfilm
El director de Interfilm, Heinz Hermanns.
El director de Interfilm, Heinz Hermanns.Imagen: DW/E. Usi