Internet, herramienta para activistas políticos y sociales
25 de abril de 2012Los observadores electorales no son vistos con buenos ojos por los poderosos del Kremlin. De la cúpula de Moscú les llega bien poco apoyo, así que lo buscan fuera, en el extrajero. Con ello se ganan la acusación de espías o colaboradores de Occidente. Al menos así lo explica Ksenia Sokolova, miembro de la organización rusa de observación de las elecciones "Golos".
Rusia: "Golos", críticos, pero no políticos
La ONG "Golos" fue fundada en el año 2000 e intenta, desde entonces, contribuir a que las elecciones en el enorme Estado ruso ganen en transparencia, denunciar violaciones e informar a la población.
Para ello, por ejemplo, la página web de la organización muestra un mapa en el que pueden reconocerse las ciudades de la Federación Rusa en las que se registró la mayor cantidad de denuncias de irregularidades durante las pasadas elecciones parlamentarias y presidenciales.
El mapa sólo pudo elaborarse con la colaboración de los ciudadanos rusos. Ellos fungieron como observadores voluntarios. Tan pronto descubrían una irregularidad, podían reportarla en la página de "Golos": violaciones de los horarios de funcionamiento de los locales de votación, entrega de boletas adicionales a las establecidas, publicidad ilegal, coerción de votantes, violación del voto secreto. Por supuesto, las denuncias tenían que ser demostradas. Así, se llegó al registro de 5.200 violaciones de las normas electorales.
La página de "Golos" se ha hecho cada vez más popular. Todo el que se preocupa por la política rusa, asegura Ksenia Sokolova, conoce este recurso online, sobre todo en las grandes ciudades. Eso sí, en las regiones más apartadas es más difícil "conectar" con la gente. "En algunas regiones de Rusia la gente está tan aislada que ni siquiera saben qué es Internet", aclara.
"Golos" quiere llamar la atención. Recopilar datos, publicarlos, hacer visible para sus conciudadanos los procederes inadecuados del Gobierno. La organización trata de mantenerse alejada de las manifestaciones opositoras. "No queremos incitar a actuar a nadie", asegura Ksenia. Suena casi como si no quisieran meterse con el Kremlin.
"Al contrario de lo que ocurre con la libertad de prensa y opinión, Internet es libre en Rusia", explica la activista. No obstante, sus correos electrónicos son leídos y la página de "Golos" estuvo temporalmente inactiva el día de las elecciones. Había sido bloqueada.
Cuba: Internet en la era de piedra, sms como alternativa
En Cuba, al otro lado del Atlántico, la Red es tan lenta como una conexión vía módem en la Europa de los años 90. Pero este no es el único obstáculo para los internautas cubanos. El acceso a Internet es extremadamente caro, muy pocos pueden costearlo. Existen cibercafés, pero también estos son caros. Una hora de conectividad puede costar el equivalente a la mitad del salario mensual de un profesional. El Gobierno quiere impedir que demasiadas verdades hallen el camino hacia afuera... o hacia dentro de la isla.
También a la isla llega ayuda creativa desde el exterior. En Suecia vive el bloguero emigrado cubano Julio César, que colabora con el sitio "Misceláneas de Cuba". En él se denuncian, por ejemplo, detenciones de disidentes, se presenta y da voz a activistas y grupos opositores. Julio interactúa con usuarios dentro y fuera de Cuba. Su objetivo: contribuir a la democratización del país. Para comunicar de la forma más efectiva posible hay que vencer las barreras tecnológicas. Desde la isla, muchos envían noticias cortas a un teléfono móvil, vía sms. Julio las publica en el blog.
Dentro de Cuba, los internautas han hallado también "atajos" para navegar por Internet. Pocos tienen acceso a conexiones privadas, con la excepción de las limitadas conexiones de un grupo de funcionarios, médicos o periodistas oficialistas. Pero muchos utilizan, en cambio, la posibilidad de acceder a la Red con relativa libertad en las universidades y determinados centros laborales, institutos de investigación, empresas, organizaciones políticas, donde se provee la conexión para usos científicos, económicos, políticos y sociales comunes.
Facebook es accesible en Cuba; aunque el Gobierno lo explota para fines propagandísticos, se queja Julio César. Como sea, la cifra de usuarios cubanos, que se conectan desde Cuba, asciende. Si la conexión fuese más rápida sería mucho más difícil para el Gobierno controlar la -por el momento- demasiado pequeña red de usuarios en la isla.
Zimbabue: "antes se tocaba el tambor, ahora se twittea"
En Zimbabue, por otro lado, muchos parecen haberse aburrido de la política. Cuatro años tras las últimas elecciones presidenciales, sus más de 13,5 millones de habitantes siguen añorando un sistema de salud que funcione o un acceso razonable a la educación. El presidente Robert Mugabe mantiene bien atados los hilos del poder y no pocos abandonan el país. El Gobierno controla Internet, filtra informaciones, "hackea" cuentas privadas de correo electrónico, incluidas las cuentas de periodistas. Y tras la primavera árabe la cúpula se ha puesto nerviosa y sigue de cerca la actividad en las redes sociales.
A pesar de la limitada infraestructura, se estima que unos dos millones de personas se hallan online en el país africano. Alrededor de un millón de usuarios están registrados en Facebook, la mayoría entre 19 y 49 años de edad. Fútbol, fiestas, moda, temas nada peligrosos para el Gobierno dominan el intercambio en la red social. "También el sexo es un gran tema", cuenta Masimba Biriwasha.
A través del sitio "iZimbabwe", Biriwasha trata de animar a los internautas a usar críticamente la Red. "iZimbabwe" busca informar, ofrecer herramientas para pensar. Ello, sin dejar de parecer atractivo a su público. Contribuciones críticas se mezclan con la más nueva moda en calzados; la política se presenta junto a las notas sobre estilos de vida.
"Queremos mostrarle a la gente como aprovechar eficientemente las redes sociales para fortalecerse", aclara Masimba Biriwasha. "Lo que antes hacíamos tocando el tambor podemos hacerlo ahora twitteando". Para ello, la credibilidad es la máxima de "iZimbabwe". Todas las informaciones tienen que ser correctas, confirmadas, satisfacer principios periodísticos. Los contenidos políticos son críticos, pero "nuestro rol no es señalar al Gobierno con el dedo", aclara Biriwasha.
"iZimbabwe" no alcanza, como sea, a la gran parte de la población de Zimbabue que no está conectada. Así que Biriwasha trabaja también en este sentido, contribuyendo con la instalación de Hotspots y cibercafés de libre acceso, con los más sencillos medios, en pueblos y regiones campestres. "iZimbabwe" tiene entretanto casi 11.000 fans en Facebook y Masimba Biriwasha y sus colegas hacen su trabajo, hasta ahora, sin que hayan tenido que enfrentar represalias por ello.
Autora: Silke Wünsch (rml)
Editora: Emilia Rojas-Sasse