Irlanda: ninguna concesión a Grecia
18 de febrero de 2015Irlanda no puede compararse más con Grecia, aunque hace no muchos años, las deudas atenazaban aún al país. Hoy, la troika que controlaba la aplicación del paquete de reformas, conformada por el Banco Central Europeo, la Comisión de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional, no es más que un mal recuerdo.
La desocupación, que llegó a ser del 15 por ciento, cayó al 11 por ciento. La emigración, sobre todo en el oeste y el sur del país, sigue siendo un problema, pero el número de emigrantes cae tan rápidamente como crece el producto interno bruto.
La deuda: una pesada carga, también para Irlanda
No obstante, la deuda de Irlanda sigue siendo una pesada carga. El país gasta en el pago del servicio de deuda cada año el doble de lo que invierte en infraestructura. Con sus recuerdos aún frescos de una economía en ruinas, los irlandeses entienden muy bien a los griegos. Pero desde el comienzo de la recesión, Grecia fue una especie de aliciente para los irlandeses: hay a quien le va peor.
En los medios irlandeses reina el consenso de que Grecia merece un alivio, pero el Gobierno está estrictamente en contra de una quita de deuda. Michael Noonan, el ministro irlandés de Hacienda, declaró recientemente ante una comisión parlamentaria que no votaría ni a favor de una nueva quita de deuda para Atenas ni a favor de que Grecia abandonara el euro. Pero el nuevo Gobierno griego realiza propuestas “imposibles” para cerrar su brecha financiera, se quejó amargamente.
No a condiciones especiales para Grecia
Noonan tiene razón, dice Allan Gregory, dueño de una librería de viejo en el centro de Dublín. El comercio de libros fue un negocio inseguro durante la recesión y lo continua siendo aún hoy, a pesar del nuevo auge económico, porque la baja cotización del euro encarece la importación de libros de Gran Bretaña y Estados Unidos.
Por eso, no es correcto ofrecerle a Grecia condiciones especiales, mientras los tiempos continúen siendo difíciles para personas como él, argumenta. “La población irlandesa reaccionaría airada si la UE, por alguna razón, eximiera a Grecia de su responsabilidad”, agrega.
La responsabilidad comienza por casa
Seamus Coffey, profesor de Economía en la Universidad de Cork, fue durante largo tiempo uno de los pocos que argumentó que ni Irlanda ni Grecia tienen derecho alguno de hacer responsables a organizaciones internacionales de los errores que cometieron los propios Gobiernos.
La responsabilidad comienza por casa, resalta Coffey. Los problemas de Irlanda se deben a la irresponsable concesión de créditos por parte de los bancos y a la insuficiente regulación del mercado financiero, agrega. El problema no es la deuda, sino “un sistema económico que funcional mal”. “Lo que Grecia necesita no es tanto una quita de deuda, sino el fin de la inseguridad, es decir, una sensación de estabilidad, tal como la que existe actualmente en Irlanda”, concluye.