Irán intenta poner sus fondos a buen recaudo
20 de enero de 2006Mientras desde Washington se anuncia que la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, viajará a Europa a fines de enero para recabar apoyo a la intención de someter al Consejo de Seguridad de la ONU la disputa sobre el programa nuclear iraní, en Teherán por lo visto comienza a tomarse en serio la posibilidad de sufrir sanciones internacionales.
¿Puertos seguros?
La retórica de Irán no se ha modificado en lo sustancial. Pero la inquietud comienza a hacerse manifiesta. A todas luces previniendo la imposición de medidas punitivas de carácter económico, Teherán ha comenzado a transferir capitales invertidos en Europa. El presidente del Banco Central iraní, Ibrahim Scheibani, señaló ante la prensa que su país está retirando reservas monetarias de bancos europeos, sin especificar hacia dónde se están transfiriendo.
Irán tiene experiencia en la materia. Ya en 1979, tras el triunfo de la revolución islámica, Estados Unidos congeló todos los depósitos iraníes existentes en el país. Y esta vez no quiere ser tomado por sorpresa. Sin embargo, no está claro hacia dónde podría desviar sus cuentas. El periódico árabe Aschark al Aussat, publicado en Londres, informó que Teherán tiene la intención de invertir el capital en bancos asiáticos. Por su parte, fuentes de la banca suiza intentan promocionar sus cualidades ante los potenciales inversionistas, recordando que Suiza es el puerto más seguro. No obstante, algunos expertos han hecho notar que difícilmente un banco pueda resistirse a poner en práctica medidas que hayan sido resueltas por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Impacto económico
Aunque no se han mencionado montos concretos, economistas estiman que en el actual ejercicio comercial, que termina en marzo, las exportaciones de petróleo reportarán a Irán más de 40 mil millones de dólares. De esa suma, sólo 16 mil millones se destinan directamente al presupuesto nacional. El monto restante va a parar a las arcas del Banco Central que, a su vez, mantiene sumas indeterminadas en el exterior.
Todo esto permite suponer que los fondos iraníes invertidos en el circuito financiero internacional son cuantiosos. No sólo por esta razón, lo que pueda ocurrir en el caso de la pugna por el programa nuclear de Teherán tendrá impacto en el plano económico. Irán es el cuarto mayor exportador mundial de petróleo y, por lo mismo, maneja una llave maestra de la savia que mantiene en marcha el mundo industrializado.