Israel aprueba ampliar la ofensiva

A un mes del comienzo de las hostilidades en el sur del Líbano, el Gobierno israelí decidió un recrudecimiento de su ofensiva por tierra contra las fuerzas del Hezbolá. Unos 40.000 soldados y reservistas israelíes se encuentran preparados a lo largo de la frontera norte del país a la espera de recibir la orden para adentrarse en territorio libanés.

Diplomacia urgente

Ante la nueva estrategia israelí, el ministerio alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, defendió durante su visita a Jerusalén la vía diplomática. Pero Amir Peretz, ministro israelí de Defensa, siguió subrayando su postura aclarando que Israel necesita una estabilidad duradera.

Sin embargo, Tzipi Livni, titular de Exteriores israelí, anunció a Steinmeier que la vía diplomática sigue abierta, y que todavía hay confianza en la comunidad internacional. "La decisión de hoy no es militar sino diplomática, llevamos ambas cosas en paralelo", agregó Livni subrayando la responsabilidad del Gobierno israelí por la seguridad de sus ciudadanos. Steinmeier y Livni coincidieron en que el objetivo es recuperar la autoridad del gobierno en la zona, e impedir la hegemonía de Hezbolá.

Según el gobierno de Jerusalén, ejército israelí esperará todavía dos o tres días antes de entrar al ataque para dar más tiempo al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas mientras éste negocia una salida diplomática.

Cementerio para Israel

Mientras Israel avanza posiciones, el dirigente de Hezbolá prometió en un comunicado convertir el sur del Líbano en un cementerio para las tropas israelíes. Sayyed Hassan Nasrallah comentó que los ataques no habían debilitado la capacidad de sus cohetes y llamó a la población civil de Haifa a abandonar la ciudad para evitar víctimas.

"No podrán permanecer en nuestra tierra y si entran, los sacaremos a la fuerza", declaró Nasrallah en televisión: "convertiremos nuestra preciosa tierra del sur en cementerio para sionistas invasores".

El líder de las milicias anunció además su apoyo al despliegue de 15.000 soldados libaneses en la región. Si todos lo ven como una vía para que termine con la agresión, para Nasrallah sería una salida nacional y honorable. Hasta ahora, Hezbolá se había resistido a la presión internacional para que Líbano desplegase su ejército en la zona.

Mientras tanto, con la decisión de Israel y las exigencias de la Liga Árabe de la retirada de tropas, continúan las deliberaciones en la ONU para redactar un boceto viable para ambos bandos que supere las diferencias surgidas tras la oferta del Gobierno de Beirut. Francia y EEUU continúan negociando sus diferencias sobre el momento de despliegue de la fuerza internacional y la retirada de Israel.