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Italia, a un año de la era Monti

Diego Zúñiga12 de noviembre de 2012

Sumida en una enorme crisis, la península vivió en 2011 la dimisión de su primer ministro y la llegada de un tecnócrata. Doce meses más tarde, el país sale adelante y ya algunas voces piden otro período para Mario Monti.

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Imagen: Getty Images

El 13 de noviembre de 2011, el presidente italiano Giorgio Napolitano encargó al economista sin filiación política Mario Monti que formara un gobierno técnico, capaz de cumplir con las exigencias de la Unión Europea para salir de la crisis. Tres días después Monti asumió formalmente como primer ministro, ante el escepticismo de sus conciudadanos y la incertidumbre generada por el anterior gobierno de Silvio Berlusconi, quien había dimitido de su cargo poco antes.

Monti, profesor universitario con fama de tecnócrata, debió esforzarse para convencer a todos los colores políticos de que la forma de sacar al país adelante era el orden y la disciplina fiscal. Era un camino complicado y muchos pensaron que el cargo le quedaría grande al silencioso y austero Monti, que comenzó a trabajar disminuyendo los salarios de los parlamentarios y apretando el cinturón en distintos frentes del Estado. También subió algunos impuestos, política que calificó de “amarga medicina que hará bien al país”.

Puestos ante un mapa de Europa, hoy son otros los países que parecen más golpeados por la crisis. Italia luce una férrea disciplina fiscal y algunos analistas avizoran crecimiento económico en los próximos meses. Menor quizás, pero crecimiento al fin y al cabo. Otros alaban las reformas económicas de Monti, pero recuerdan que quedan cosas pendientes. El diario económico “Il sole 24 ore” afirma que “de las 400 medidas prometidas, aún faltan 350 por ser implementadas”.

Austeridad popular

El desafío de Monti ahora es, además de mantener el rumbo financiero para sacar a su país de la crisis, tener una mayoría parlamentaria que le permita llevar adelante sus proyectos. Los vaivenes económicos van muchas veces de la mano de los políticos, y las elecciones parlamentarias de abril de 2013 pueden remover el piso en Italia. Monti lo sabe y por eso trata de calmar a los mercados cuando dice que “la noticia del año es que hemos hecho cosas muy desagradables para los ciudadanos y también para nosotros, pero las encuestas muestran que seguimos siendo populares”. O sea Italia quiere austeridad.

Symbolbild - Silvio Berlusconi
Las acusaciones sobre Berlusconi perjudicaban la imagen de su país.Imagen: dapd


La imagen de seriedad que proyecta el sucesor de Berlusconi en su trabajo diario ha hecho que desde distintos sectores políticos le pidan que siga al frente del gobierno después de marzo de 2013, que es cuando expira su mandato. Consultado en Milán este 12 de noviembre sobre si quiere seguir en su cargo, la respuesta de Monti fue un rotundo “no”, aunque antes había dicho que si no había un líder con una mayoría clara, él seguiría al mando por un asunto de responsabilidad. Y los sondeos muestran que, salvo él, no lo hay.

Lucha contra el Berlusconismo

“El mayor logro de Monti es, sin lugar a dudas, haber estabilizado Italia y mantener al país libre de esa aura de mala calidad que lo acompañaba desde hace un tiempo. También ha hecho las reformas necesarias en el mercado laboral y en la lucha contra la corrupción. Pero se quedó atascado a mitad de camino. Un gabinete de tecnócratas no puede recuperar en pocos meses lo que una sociedad infestada de Berlusconismo se tomó 10 años en hacer”, decía el editorial del pasado 10 de noviembre de 2012 del “Berliner Zeitung”.

Monti ya había tomado nota de ese estancamiento y por eso desea realizar nuevas reformas que permitan a su país competir de igual a igual con el resto del mundo y, de esa manera, dar paso al crecimiento que dé firmeza a las finanzas. Teniendo en cuenta esos antecedentes, los analistas piensan que Monti seguirá al frente de Italia un nuevo período, a pesar de ese rotundo “no” de Milán.

Autor: Diego Zúñiga
Editor: Enrique López