Italianos en Alemania contra la mafia
21 de agosto de 2007Publicidad
Con la iniciativa “¿Mafia? No, gracias”, la Unión de Italianos en el Mundo (UIM) le quiere salir al paso a un deterioro de la imagen de los italianos en Alemania. En Duisburgo, hace una semana fueron asesinados a sangre fría seis hombres jóvenes (entre ellos un adolescente de 16 años) delante de una pizzería. Si bien los autores del crimen aún no han sido identificados, todo indica que se trata de una “vendetta” entre familias de la ’Ndrangueta, la mafia calabresa.
Los italianos residentes en Alemania y sobre todo los dueños de restaurantes temen por su reputación. Bajo el lema “gente que se doblega a la mafia es gente sin dignidad” inician ahora una campaña en primera línea de relaciones públicas. La campaña está inspirada en otra anterior, lanzada en Palermo, con la consigna “un pueblo entero que paga el pizzo es un pueblo sin dignidad”. “Pizzo” se le llama en Sicilia a la extorsión.
En pocos días se unieron a la iniciativa en la capital alemana unos 20 gastrónomos italianos, todos ellos de primera categoría. Ahora se planea su extensión a toda Alemania, así como también la creación de estructuras institucionales y de un sello de calidad
“Donde hay pizza, hay mafia”
La preocupación no es infundada. Efectivamente, en Alemania mucha gente cree que “donde hay pizza, hay mafia”. Alberto Sera, de la UIM, califica ello de escandaloso. “Con nuestra iniciativa queremos enviar un mensaje fuerte y claro”, agrega, “a favor de muchísimos italianos honestos que viven en Alemania y que nada tienen que ver con la mafia”.
Por su parte, Pino Blanco, dueño del restaurante Trattoria a Muntagnola, en Berlín, resalta que, en los últimos años, los italianos que viven en Alemania han intentado demostrar que se han integrado en la sociedad alemana y que “rechazan todo contacto con las estructuras criminales”.
Blanco, que vive en Berlín desde hace 20 años, dice que él no le tiene miedo a la mafia. Y agrega que en Berlín nunca se han registrados casos de crimen organizado contra la gastronomía italiana. Por ello, que a los italianos se los relacione a todos con la mafia “es insoportable”, resalta. El crimen de Duisburgo no ha venido justamente en ayuda de la imagen de los italianos en Alemania.
Campaña de consumidores
Como a menudo, tampoco faltan, sin embargo, voces discordantes. Para Franco Francucci, miembro de Ciao Italia, una asociación de gastrónomos italianos en el mundo, a la campaña le falta “sentido de la realidad”. “Para la gente en Italia, que debe confrontarse todos los días con la mafia, su comportamiento nada tiene que ver con la dignidad, sino con la desesperación”.
Si bien Francucci no se opone a la iniciativa, no cree que lo más adecuado sea realizar campañas de relaciones públicas. Su asociación apuesta por la creación de redes de autodefensa de propietarios de establecimientos gastronómicos, dice, y recuerda un caso en Berlín hace 30 años en que “varios propietarios de restaurantes batieron ellos mismos en retirada a los mafiosos”.
En Palermo, Addiopizzo ha creado en el ínterin un original sistema de lucha contra la mafia, que parte de los consumidores. La campaña “Contra el pizzo, cambia tus compras” trata de crear un grupo de consumidores en Palermo dispuestos a apoyar a los comerciantes que se oponen a la extorsión y que, venciendo al miedo, denuncian a los extorsionadores.
Los italianos residentes en Alemania y sobre todo los dueños de restaurantes temen por su reputación. Bajo el lema “gente que se doblega a la mafia es gente sin dignidad” inician ahora una campaña en primera línea de relaciones públicas. La campaña está inspirada en otra anterior, lanzada en Palermo, con la consigna “un pueblo entero que paga el pizzo es un pueblo sin dignidad”. “Pizzo” se le llama en Sicilia a la extorsión.
En pocos días se unieron a la iniciativa en la capital alemana unos 20 gastrónomos italianos, todos ellos de primera categoría. Ahora se planea su extensión a toda Alemania, así como también la creación de estructuras institucionales y de un sello de calidad
“Donde hay pizza, hay mafia”
La preocupación no es infundada. Efectivamente, en Alemania mucha gente cree que “donde hay pizza, hay mafia”. Alberto Sera, de la UIM, califica ello de escandaloso. “Con nuestra iniciativa queremos enviar un mensaje fuerte y claro”, agrega, “a favor de muchísimos italianos honestos que viven en Alemania y que nada tienen que ver con la mafia”.
Por su parte, Pino Blanco, dueño del restaurante Trattoria a Muntagnola, en Berlín, resalta que, en los últimos años, los italianos que viven en Alemania han intentado demostrar que se han integrado en la sociedad alemana y que “rechazan todo contacto con las estructuras criminales”.
Blanco, que vive en Berlín desde hace 20 años, dice que él no le tiene miedo a la mafia. Y agrega que en Berlín nunca se han registrados casos de crimen organizado contra la gastronomía italiana. Por ello, que a los italianos se los relacione a todos con la mafia “es insoportable”, resalta. El crimen de Duisburgo no ha venido justamente en ayuda de la imagen de los italianos en Alemania.
Campaña de consumidores
Como a menudo, tampoco faltan, sin embargo, voces discordantes. Para Franco Francucci, miembro de Ciao Italia, una asociación de gastrónomos italianos en el mundo, a la campaña le falta “sentido de la realidad”. “Para la gente en Italia, que debe confrontarse todos los días con la mafia, su comportamiento nada tiene que ver con la dignidad, sino con la desesperación”.
Si bien Francucci no se opone a la iniciativa, no cree que lo más adecuado sea realizar campañas de relaciones públicas. Su asociación apuesta por la creación de redes de autodefensa de propietarios de establecimientos gastronómicos, dice, y recuerda un caso en Berlín hace 30 años en que “varios propietarios de restaurantes batieron ellos mismos en retirada a los mafiosos”.
En Palermo, Addiopizzo ha creado en el ínterin un original sistema de lucha contra la mafia, que parte de los consumidores. La campaña “Contra el pizzo, cambia tus compras” trata de crear un grupo de consumidores en Palermo dispuestos a apoyar a los comerciantes que se oponen a la extorsión y que, venciendo al miedo, denuncian a los extorsionadores.
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