Japón teme a China
22 de diciembre de 2005"Un país vecino tiene una bomba atómica y su gasto militar ha estado creciendo durante 12 años consecutivos. No hay transparencia y eso nos preocupa. Es una amenaza", dijo Asa en una conferencia de prensa, aunque sus palabras fueron matizadas por un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, que dijo que Tokio no ve al ejército chino como una "amenaza directa", lo que implica que no esperan una invasión de las tropas chinas.
De China a Japón
Pekín reaccionó con firmeza a los comentarios de Aso. "China se apega a un camino de desarrollo pacífico", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Qin Gang, en una rueda de prensa. "Es altamente irresponsable por parte del ministro de Relaciones Exteriores japonés hacer esas declaraciones. No podemos evitar preguntar por su verdadero propósito al expresar tan infundada opinión", dijo Qin, agregando que el desarrollo de China ha contribuido a la paz y la estabilidad, lo que benefició a sus vecinos, incluyendo a Japón.
Cuando se le preguntó por los comentarios de Aso, el secretario jefe de gabinete japonés, Shinzo Abe, se detuvo justo antes de catalogar explícitamente a China como una amenaza. Pero Abe dijo que estaba de acuerdo con el mensaje de Aso sobre que China necesita ser más transparente con sus gastos militares, agregando que en este punto, su postura y la del primer ministro Junichiro Koizumi, no difieren demasiado del pensamiento de Aso.
Vecinos con pasado
Las largamente frías relaciones entre Tokio y Pekín se tensaron este año en medio de disputas sobre cuestiones relacionadas mayormente con la invasión y ocupación japonesa por parte de China a inicios del siglo XX.
El primer ministro chino, Wen Jiabao, se negó a reunirse con Koizumi en un encuentro paralelo a la cumbre del este asiático a principios de mes en señal de desaprobación por las visitas de Koizumi al sepulcro de Yasukuni quien, según los críticos, es un símbolo del pasado belicoso de Japón. El sepulcro honra a los 2,5 millones de muertos durante el conflicto, pero también a algunos criminales de guerra condenados.
Para intentar disipar las diferencias entre los vecinos asiáticos internamente se ha solicitado en Japón que el gobierno considere destinar fondos del presupuesto del año próximo a la construcción un monumento conmemorativo a los caídos en el conflicto chino-japonés que sea secular, pero Abe dijo que el gobierno no aceptará la propuesta debido a que no cuenta con suficiente apoyo popular.