Juan Guaidó: lucha contra la desesperanza programada
11 de marzo de 2020Juan Guaidó "solo existe en Estados Unidos y Colombia, pero no en Venezuela”, dijo Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación del gobierno de Nicolás Maduro, a Televen. Agregando además, que las manifestaciones a las que convoca el presidente de la Asamblea Nacional "son cada vez más desérticas”.
Para este 10 de marzo de 2020, Guaidó había invitado a organizar manifestaciones y asambleas callejeras para debatir sobre las demandas que plantea el llamado Pliego Nacional de Conflicto, un manifiesto que reúne las peticiones de los sindicatos, adoptado por Guaidó como guía nacional. Allí se definen las "demandas políticas y sociales que las fuerzas políticas y sectores sociales democráticos del país han acordado exigir y presionar en conjunto”. Si bien en varias provincias muchos salieron a las calles, en Caracas los manifestantes fueron menos, y los que estuvieron allí fueron ahuyentados con gases lacrimógenos.
¿Por qué atendieron tan pocos el llamado de Juan Guaidó? "Porque vivir hoy en Venezuela es como sobrevivir en un país en guerra”, dice a DW Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), con sede en Caracas, justo en donde Guaidó presentó su plan de "reactivación” el pasado 7 de marzo. "Los venezolanos no pueden producir como en un país normal, porque están ocupados buscando lo más básico. Y aunque no hay una confrontación armada, Caracas es una de las ciudades más peligrosas del mundo. Salir de la casa es un gran riesgo”, explica el analista, experto en manejo estratégico de conflictos.
La realidad es que ya no existen las masivas protestas, como en 2017 o en 2002. Eso es cierto, acota Alarcón, "y se debe a que se han ido 6 millones de personas, muchos opositores o descontentos con el régimen. Y los que quedan están ocupados con la búsqueda de trabajo, alimentos o medicinas. Además, se carece de estructuras que organicen, financien y apoyen a los manifestantes. La gente misma tiene que economizar fuerzas. El miedo a la represión es otro factor que frena las manifestaciones públicas de protesta”. El experto apunta que "también la oposición ha tenido que aprender a manejar más racionalmente la convocatoria a la protesta callejera”.
La desesperanza programada
Para el profesor Alarcón, la frustración, la masiva emigración y la creciente desesperanza en Venezuela "no son accidentales, son una maniobra del gobierno venezolano que le está dando resultados", y explica que con "la demostración de (presunta) omnipotencia se busca que la población se postre y deje de ofrecer resistencia, como ha sucedido en los regímenes más estables como Cuba, Myanmar o Zimbabue”. "No hay que olvidar", subraya este especialista en Seguridad y Defensa, "que la influencia de Cuba en Venezuela es grande, y el gobierno de Nicolás Maduro ha adoptado estrategias cubanas del manejo político y represivo de la población”.
Según el analista, "nuestras encuestas actuales muestran que ha crecido el número de venezolanos que creen que no pueden hacer nada, y el de los que dicen que la única salida es emigrar”. Estos dos grupos suman el 50 por ciento.
Pero así como hay una mitad que "se rindió”, hay otra que "no se rinde”. "Un 30% de los venezolanos considera que hay que pelear la libertad, como sea”, asegura. Pero otra cifra creciente preocupa: "El 18% de los venezolanos está convencido de la única forma de acabar con el régimen de Maduro es armándose”, arrojan encuestas de la Universidad Andrés Bello.
Anuncios ligeros, duras consecuencias
Lo que también es una realidad es que la desesperanza ha aumentado después de que no se diera lo que anunciaron Trump en Estados Unidos ni Duque en Colombia acerca de que Maduro tenía, supuestamente, "los días contados”. Aún así, el analista Benigno Alarcón aventura una estimación de que "un 36% de los venezolanos le mantiene el apoyo a Guaidó, el doble o más de los 12% que aún respaldan a Maduro”.
¿Se debe la aparente debilidad de Juan Guaidó a la supuesta fortaleza del régimen, o más bien a la división de la misma oposición? "El 5 de enero se demostró que la oposición está hoy más unida. Los opositores que cambiaron el bando en la Asamblea Nacional fueron muy pocos”, afirma Alarcón, y reconoce que aquello en lo que está dividida la oposición es en "cómo proceder frente a las próximas elecciones parlamentarias”, que tendrían que realizarse en diciembre. La división vuelve a darse entre quienes quieren dar la pelea, y quienes dicen que no existen las condiciones para ello.
Viejos dilemas, nuevos augurios
El dilema no es nuevo, pero justamente la ausencia de verificadores en las mesas de votación y conteo de votos en pasadas elecciones le ha permitido al gobierno manipular, y ganar.
Alarcón no tiene "ninguna duda” de que si hoy hubiera elecciones limpias y libres en Venezuela, Juan Guaidó ganaría. Pero ¿cree alguien en elecciones en 2020, si el 7 de marzo un incendio destruyó el depósito del Consejo Nacional Electoral (CNE) con las 40.000 máquinas de votación de Venezuela?, como confirmó su presidenta, Tibisay Lucena. Para Alarcón "es terriblemente extraño que en un lugar custodiado por el mismo CNE no hayan saltado las alarmas de incendio”. Sin equipos, ni aparente voluntad del régimen para realizar elecciones libres en Venezuela, la oposición se enfrenta así a otro obstáculo más.
¿Qué tiene que pasar para que Venezuela recupere la senda democrática? El profesor Benigno Alarcón concluye con una certera advertencia: "El 80% de los venezolanos quiere una transición democrática y pacífica, pero entre más se aferre Nicolás Maduro al poder, más probabilidades habrá de que el cambio sea violento”.
(cp)
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