JJOO sin espectadores: una muestra de responsabilidad
9 de julio de 2021"No teníamos alternativa”, dijo Seiko Hashimoto, jefa del comité organizador, tras haberse decidido que no habrá espectadores en los Juegos Olímpicos de Tokio. Hasta el último momento, los encargados habían mantenido la esperanza de poder llevar a la práctica su plan, que contemplaba permitir la entrada a un máximo de 10.000 espectadores locales por competencia, para que hubiera al menos un poco de atmósfera olímpica. Ya meses atrás se había dicho que no habría autorización para espectadores extranjeros. En consecuencia, por primera vez las tribunas olímpicas permanecerán vacías. Ese solo hecho ya confiere un carácter histórico al torneo: serán los Juegos Olímpicos del coronavirus, en Tokio.
El hecho de que el comité organizador no haya tenido más opción que aplicar el freno, en acuerdo con el gobierno japonés y el Comité Olímpico Internacional, obedece a los hechos y al ambiente imperante. Desde hace casi tres semanas, la cantidad de infecciones ha vuelto a aumentar continuamente. Como en muchas otras ciudades del mundo, la causante es también en Tokio la altamente contagiosa variante delta del virus. La agudización del problema coincide con un ambiente crítico hacia los Juegos Olímpicos. Desde hace meses, muchas personas temían en Japón que el torneo pudiera convertirse en un motor de contagios.
El virus como souvenir
La preocupación es comprensible. Una pandemia no es en el fondo compatible con el mayor espectáculo deportivo del mundo. En Tokio se espera la llegada de más de 11.000 atletas y miles de asistentes, funcionarios y periodistas del mundo entero. La probabilidad de que por lo menos algunos de ellos lleven el virus en su equipaje raya en el cien por ciento. También la de que otros lleven de regreso a sus países de origen el virus, como un indeseado souvenir.
Cancelar por completo el torneo habría sido en realidad la decisión más consecuente, pero no se les podía hacer eso a los participantes a solo dos semanas de la ceremonia inaugural. Prohibiendo la presencia total de espectadores, los organizadores de Tokio por lo menos muestran un mínimo de responsabilidad, a diferencia de los organizadores del campeonato europeo de fútbol. Con graderías en parte llenas en los estadios, puede reprocharse a la UEFA el haber contribuido a que el virus se siga propagando, aceptando con ello conscientemente la posibilidad de que muera gente.
(er/cp)