Un faraón caído en el banquillo
3 de agosto de 2011Hosni Mubarak negó todos los cargos. Durante su primera comparecencia ante un tribunal, el ex presidente egipcio rechazó que hubiese planeado el ataque, los disparos y los atropellos de manifestantes durante el levantamiento de comienzos de año que finalmente lo derrocó. Se lo inculpa de la muerte de 850 personas; también de corrupción y malversación de fondos públicos.
Alaa y Gamal, hijos del hombre que dirigió por 30 años el destino de Egipto, también se declararon inocentes. Éstos lo acompañaban en la jaula-celda en la que se transporta a los acusados en un juicio penal. Habib el Adli, ex ministro del Interior, ha compartido la suerte de los anteriores. Después de un par de horas, la audiencia fue interrumpida hasta el 15 de agosto.
Un día histórico
Que el “faraón” llegue efectivamente a ser juzgado–y no en ausencia como el tunecino Zidi Ben Ali- es “muy importante no sólo para los egipcios sino para los árabes en general. Es la primera vez en la historia de estos Estados que un dictador comparece ante la Justicia. Este día representa una victoria de la voluntad popular y del Estado de derecho; representa un hito en el mundo árabe”, dice a la emisora alemana Deutschlandfunk Hoda Salah, politóloga egipcia que trabaja para el Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad Libre de Berlín.
¿No es de interés del Ejército?
Mientras tenía lugar la primera audiencia con un Mubarak muy diferente del que representó tanto tiempo el factor de estabilidad en Cercano Oriente por el que apostó Estados Unidos, en la calle adeptos y adversarios se enfrentaban, a pedradas. “Vemos ahora cuán dividida está la sociedad. Algunos exigen la pena de muerte, una condena normal en Egipto cuando se trata de homicidio”, analiza Salah, quien no ve asegurado que proceso contra el poderoso clan vaya a ser del todo limpio.
Es decir, que este tan esperado juicio, ¿puede no ser una revisión a fondo de los hechos? No necesariamente. “No creo que sea de especial interés del Ejército; podría sucederle como a Nasser, quien de pronto apareció envenenado. Bien podría suceder que declarasen muerto a Mubarak para interrumpir el proceso. Hay muchos compromisos entre los generales y Mubarak”, afirma Salah.
En todo caso, sin precedentes son las medidas de seguridad decretadas en El Cairo a partir del aterrizaje del helicóptero en el que llegó el enfermo Mubarak, desde la costa del mar Rojo. Desde que abandonó el poder el 11 de febrero, varias han sido las olas de rumores en cuanto a la gravedad del estado de salud del otrora héroe militar, a quien por años también los países europeos quisieron ver como la garantía contra el integrismo islamista.
Desde ya, un logro
El juicio, retransmitido por televisión en todo el mundo, paralizó a Egipto y al mundo árabe. De un gran logro de la “primavera árabe”, se lo califica, también de advertencia para los mandatarios que siguen aferrados al poder. Según dijo a DW Stephan Roll, especialista en la región de la Fundación para Ciencia y Política de Berlín, "que este juicio tenga lugar se debe precisamente a que existe un ala de los militares que se cansó de los abusos de poder, sobre todo económicos, de la familia del presidente. Ellos también presionarán por que el período Mubarak sea revisado”.
Autora: Mirra Banchón (dlr/dpa)
Editora: Emilia Rojas