Julian Draxler al PSG: ¿está de moda ser alemán?
24 de diciembre de 201640 millones de euros es el nuevo precio marcado en la etiqueta colgada al tobillo de Julian Draxler. El volante germano está prácticamente dentro del carrito de compra del PSG, que busca recuperar el protagonismo en la liga gala. El Wolfsburgo confirmó este sábado (24.12.2016) la marcha de su centrocampista por cuatro temporadas al Paris Saint-Germain.El fichaje causó cierta sorpresa entre la prensa deportiva del país, ante el paso irregular de unos "lobos" que han pasado la primera parte del campeonato en la parte baja de la clasificación general.
El natural de Gladbeck no ha pesado en el accionar de la "jauría" de Baja Sajonia, a pesar de jugar 13 de 16 encuentros, en los que no ha marcado ni un solo gol, sumando apenas 2 asistencias. Con la selección germana, sin embargo, su rendimiento ha dado mejores dividendos, aportando a la movilidad de la Mannschaft, además de anotarse una diana.
Ser alemán está de moda
Y es que jugar para el combinado dirigido por Joachim Löw parece sumarle un valor agregado a sus integrantes. Aun con la baja forma de Draxler, el Wolfsburgo ha podido sacar provecho del futbolista de 23 años, por quien pagarán al Schalke 36 millones de euros, dejándole ganancias de aproximadamente 11 millones de euros, sumando a su valor pactado el pago de bonos extra.
Este fenómeno no es nuevo. En 2006, Italia exportó algunos de sus elementos, aun cuando el país de la bota no suele enviar jugadores al extranjero. Más significativo fue el impacto tras los torneos ganados por España, pues su hegemonía se extendió más tiempo que la "azzurra", que comenzó un proceso de renovación generacional, después de quedar campeona.
Alemania no se había caracterizado por ser una veta de refuerzos para el resto del continente, pero a partir de sus éxitos en el plano internacional, tanto a nivel de selecciones, como gracias al buen desempeño de sus escuadras en la Champions, jugadores como Kroos, Özil, Gündogan y hasta el joven Leroy Sané despiertan el interés entre la élite de clubes europeos.
Crecimiento sostenido
Si la Bundesliga instrumentaliza esta tendencia y consigue mantenerla a mediano y largo plazo, podría infringirle una estocada estratégica a ligas rivales, como la Premier League, que ha sabido convertirse en la más atractiva para los jugadores extranjeros, pero que a la vez está cometiendo el error de no saber generar espacios para el crecimiento de sus talentos locales; la Liga Española, que ante la falta de políticas para equilibrar fuerzas está perdiendo empuje entre el público internacional, ya que se ha vuelto una carrera exclusiva entre dos o tres escuadras; la Serie A italiana, que ha perdido fuerza económica, padeciendo el mal manejo de no pocas de sus escuadras históricas.
Alemania, por su parte, está sabiendo atraer a estrellas de la talla de Lewandowski, Aubameyang, Vidal o Chicharito, mantiene una fuerte base de apoyo a sus jóvenes valores y ahora, al parecer, también construye vías para ingresar dividendos a través de la venta de deportistas "Made in Germany".
Consolidando una marca
Por ello, el éxito de Julian tendrá mucho que ver con la consolidación de Alemania como un sello de calidad. A la liga teutona le vendrá muy bien tener a un representante más de su marca fuera de sus fronteras, pues abriría una linea de negocio más, que haría al balompié local aun más rentable y autosustentable.
Existe solo un pequeño problema. Draxler no ha cumplido los augurios que vaticinaban que se convertiría en una figura de talla mundial. En Schalke era el cerebro que movía los engranes del juego azul Prusia. Llegó a Wolfsburgo para cubrir el hueco que dejaba Kevin De Bruyne, pero hasta la fecha no ha dado el ancho.
Paris Saint German no se antoja como una aventura más sencilla para Julian, pues los capitalinos están desesperados por recuperar el liderato de la Ligue 1 y no querrán darse el lujo de rezagarse aun más respecto al Niza y al Mónaco, por lo que no se antoja que le vayan a tener mucha paciencia ni a los que están... ni a los que llegan.