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Julio Borges en Bruselas: apoyo sin unanimidad

31 de mayo de 2017

La visita de Julio Borges deja claro que en la Eurocámara la oposición venezolana cuenta con el presidente Tajani como mejor aliado. Pero la aplicación de sanciones a Venezuela encuentra eco dividido.

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Belgien Julio Borges zu Besuch in Brüssel
Imagen: Getty Images/AFP/E. Dunand

A su vuelta a Venezuela, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, llevará de Bruselas el respaldo explícito del presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani. También el de buena parte de los eurodiputados.

Cabe recordar que éstos en abril votaron por  450 votos a favor, 100 abstenciones  y 35 en contra una resolución –la quinta en los últimos tres años- a favor del fin de la violencia, el respeto a la división de poderes, la liberación de presos políticos, de la entrada de la ayuda humanitaria  y de un claro calendario electoral.  La resolución también respalda la mediación de los países de la región, y deja abierta la puerta a la búsqueda de "otras medidas que permitan a la UE restablecer la plena democracia en Venezuela”.

Medidas de sanción

Basándose en esto, el presidente Tajani informó a la prensa que enviaría una carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y al de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, solicitando la búsqueda de medidas de presión, al estilo de las que Estados Unidos ha impuesto a magistrados del Tribunal Supremo de Justicia. "Hay que ser realistas. La mediación no ha resultado los resultados deseados y tenemos que evaluar otras opciones y soluciones concretas”, decía el presidente Tajani. 

Belgien Julio Borges zu Besuch in Brüssel
Julio Borges (der.) y el presidente del Parlamento Europeo, Antonio TajaniImagen: Getty Images/AFP/E. Dunand

"Todo lo que signifique castigar violaciones a los derechos humanos ayuda a la democracia en Venezuela”, opinó al respecto Julio Borges.

Cabe resaltar que estas medidas coercitivas, selectivas, es algo por lo que aboga desde hace tiempo la parte más hacia la derecha de la eurocámara, a la que pertenecía el mismo Antonio Tajani antes de ser elegido presidente del Parlamento.

No obstante, "el Parlamento no aprobó ningún tipo de sanción y expresamente eliminamos algunas propuestas de algunos grupos en esa dirección. Por tanto no hay autorización del Parlamento para establecer ningún tipo de sanción a Venezuela nadie la considera conveniente en el ámbito internacional”, explicó a DW Ramón Jáuregui, co-presidente de la Asamblea Euro-Latinoamericana (Eurolat), una de las instancias que recibieron hoy al presidente de la Asamblea Venezolana. 

Esta solicitud de sanciones para Venezuela es, según dijo Javier Couso eurodiputado español del bloque de la izquierda a DW "una extralimitación absoluta porque en la propia resolución votada en el Parlamento en ninguno de los puntos se pedía sanciones. El presidente Tajani está actuando fuera de sus atribuciones, fuera de su representación institucional, poniéndose a trabajar del lado de una oposición que está apoyando por acción u omisión acciones violentas en la calle”.  En el grupo de la Izquierda Unitaria Europea se encuentran eurodiputados afines al régimen chavista.

Asamblea Constituyente

Con respecto  al pedido de que desde la instancias europeas no se legitime con su apoyo la convocatoria a la Asamblea Constituyente, Julio Borges puede meter un siguiente logro en su  maleta: el presidente Tajani la calificó de "un nuevo golpe de estado. Es errada, inconstitucional, fraudulenta y viola los principios fundamentales de igualdad política”.  

Más que la legitimidad  a convocar a una Asamblea Constituyente, lo que se cuestiona desde buena parte de la Eurocámara es el método de constitución de esa asamblea. "No sería una forma de recabar el criterio político de los venezolanos, sino que tendría una composición sectorial, manipulada”, subrayó Luis de Grandes, eurodiputado español del bloque conservador, que subrayó el "parangón fascista” de una constituyente así.

Un diálogo muerto, una nueva mediación

Durante la visita de Julio Borges quedó  clara la voluntad del presidente Tajani –y de muchos eurodiputados- de poner a disposición una delegación que ayude a  mediar, junto con la OEA y  el Vaticano, hacia una salida hacia la democracia.  Que Tajani no haya mencionado a la UNASUR –que ha gestionado la mediación de los expresidentes-, según respondió en rueda de prensa, ha sido involuntario. "Estamos dispuestos a trabajar con quien quiera colaborar con nosotros”, dijo Tajani.

No obstante, la falta de avances en el diálogo y la mediación de UNASUR y los tres expresidentes Rodríguez Zapatero, Martín Torrijos y Leonel Fernández es subrayada especialmente por conservadores y liberales. 

Borges no logró apoyo unánime en Bruselas para sanciones contra Venezuela
Borges no logró apoyo unánime en Bruselas para sanciones contra VenezuelaImagen: Getty Images/AFP/E. Dunand

De una mediación internacional al estilo del Grupo Contadora habló José Ignacio Salafranca, eurodiputado español del bloque conservador.  En su opinión, los esfuerzos del Parlamento Europeo deben ir encaminados a que –como en 1983 para lograr la paz en Centroamérica- un grupo de países, en el marco de la OEA, sirva de mediador.

Al respecto, Couso –cuyo grupo se declara a favor del diálogo abierto por UNASUR con apoyo del Vaticano- opina: "No es lo mismo la situación de Centroamérica en los años 80 que había procesos de guerra con la situación en Venezuela. La intención es llevar a transición impuesta. Lo que pasa es que aquí no hay voluntad por parte de la oposición de llegar a un acuerdo. Si no quieren solamente la opción del cambio de gobierno, apoyados por diferentes gobiernos empezando por el de Estados Unidos que declaró a Venezuela una amenaza extraordinaria”.

Por su parte, según Jáuregui si bien no ve fracasado el diálogo –y los expresidentes siguen a la disposición-, "cabe que se incorporen o se añadan otros instrumentos internacionales como el que se ha sugerido de la OEA. No hay que olvidar que Venezuela abandonó la OEA. Pienso que no conviene dar por muerto nada y por anular ninguna intervención ni ninguna ayuda internacional. Todas son necesarias y no debemos cometer el error de, por ideas ideológicas sectarias nacionales, cuestionar el papel de los mediadores, ya sea de UNASUR, de la OEA, de Naciones Unidas”.