¿Bélgica e Italia en la ruina?
18 de junio de 2011Publicidad
En lugar de tranquilizarlos, el acuerdo al que llegaron los Gobiernos de Alemania y Francia para ayudar a Grecia a superar su crisis fiscal ha perturbado a quienes temen que la amenaza de bancarrota se cierna sobre otros cinco países de la Unión Europea. Uno de ellos es Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo y jefe del Eurogrupo, el foro que reúne a los ministros de Economía y Finanzas comunitarios, al presidente del Banco Central Europeo, y al Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios del bloque.
A juicio de Juncker, el llamado a que acreedores privados se involucren voluntariamente en los paquetes de auxilio financiero destinados a sacar a Grecia del atolladero puede conducir a que las agencias de calificación de riesgos terminen clasificando al país mediterráneo como una nación incapaz de pagar sus deudas. En una entrevista concedida al diario germano Suddeutsche Zeitung este 18 de junio, el luxemburgués advirtió que ese escenario incrementaría el peligro de quiebra de Portugal e Irlanda. Y eso no es todo.
Bélgica e Italia, en la mira
Según Juncker, Bélgica e Italia pueden verse empujadas al borde del abismo financiero aún antes que España debido a sus enormes deudas. De hecho, la agencia de calificación crediticia Moody’s ha anunciado que Italia está por perder el estatus sostenido hasta ahora debido a la debilidad estructural de su economía, un factor que frena su crecimiento y estimula la desconfianza en su capacidad para honrar sus compromisos financieros. Italia es la nación con mayor número de deudas en la Eurozona después de su vecina, Grecia.
El límite establecido por la zona euro permite que la deuda estatal de sus miembros asciendan al 60 por ciento de sus PIB respectivos y, en este momento, la deuda del Estado italiano representa el 120 por ciento de su producto interno bruto. De ahí que el panorama pintado por Juncker tenga a más de uno comiéndose las uñas: la Eurozona no podría hacer frente a la crisis fiscal de Italia porque ese país es la tercera economía más importante de Europa.
Francia se impuso ante Alemania
El descontento con las condiciones del pacto sellado por Angela Merkel con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, también se ha dejado sentir en el entorno de la canciller alemana. Miembros de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) y del Partido Liberal (FDP) –los grupos políticos que conforman la coalición de Gobierno en Alemania– criticaron la inhabilidad de Berlín para decretar a escala europea la obligatoriedad de la participación de acreedores privados en los paquetes de ayuda para Grecia.
“Esa decisión ya había sido tomada en el Bundestag”, recordó el experto en finanzas del FDP, Frak Schäffler, en un artículo del periódico alemán Frankfurter Rundschau. “De ahí que quepa preguntarse por qué en cuestiones tan importantes como ésta se impuso el criterio de Francia y no el de Alemania, que es, a fin de cuentas, la economía más importante de Europa”, agregó Schäffler. Mientras tanto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) tomaba la palabra para advertir sobre la globalización del miedo a la crisis de la deuda griega.
La globalización del miedo
Este viernes (17.6.2011), al presentar sus pronósticos financieros en Washington, el FMI aseguró que las dimensiones de la deuda griega suponen un peligro para la economía mundial, más allá de los estrategos que pudiera estar causando en la Eurozona. Los inversionistas tienen miedo de que el Gobierno de Atenas no pueda evitar quedar en la ruina y el miedo es el peor de los consejeros en el globalizado ámbito financiero.
Autores: Julia Elvers-Guyot / Evan Romero-Castillo / dpa / afp
Editor: José Ospina Valencia
Publicidad