Kaczynski en Alemania: mirar hacia adelante
9 de marzo de 2006"Vengo a Alemania 61 años después de la guerra y creo que ha llegado el momento de cerrar algunos capítulos", dijo Kaczynski durante su visita a Berlín hoy y ayer. Es la primera vez que el presidente polaco visita el país vecino.
Merkel calificó al encuentro de "inicio de una nueva etapa de las buenas relaciones entre Alemania y Polonia". El presidente alemán, Horst Köhler, y Kaczynski, acordaron por su parte continuar con el diálogo sobre el aún controvertido tema del recuerdo de los desplazamientos de población en Europa, de los que fueron víctimas tanto polacos como alemanes.
Las relaciones entre ambos países se vieron fuertemente afectadas el año pasado por exigencias de desplazados alemanes contra Polonia y el plan de crear un "Centro contra las Expulsiones" en Berlín.
El gasoducto de la discordia
Otro tema que enturbió las relaciones germano-polacas fue el contrato entre empresas alemanas y rusas, con la anuencia e incluso participación de ambos Estados, para construir un gasoducto a través del Mar Báltico, directamente entre Rusia y Alemania, dejando de lado a Polonia.
Ambos temas irritan a los polacos, sobre todo a los conservadores de la talla de Kaczynski. Más teniendo en cuenta que Polonia fue el país que más sufrió durante la II Guerra Mundial, al ser invadido en 1939 tanto por la Alemania nazi como por la URSS. Ambas potencias de la época se plantearon también como objetivo eliminar a la élite intelectual polaca, lo que desembocó en todo tipo de bárbaros crímenes.
En vista de ese pasado, no puede sorprender que los conservadores polacos vean con mucho recelo los intentos de los desplazados alemanes de territorios entonces de Alemania y hoy de Polonia, de lograr compensaciones por sus bienes. Más teniendo en cuenta que también Polonia perdió territorios en el este, que pasaron a la URSS.
Fatales recuerdos
Lo mismo sucede con la política de aproximación con Rusia practicada por el gobierno del anterior canciller federal alemán, Gerhard Schröder, ignorando los intereses de Polonia. Ello, justificado o no, trae fatales recuerdos de la situación de preguerra.
No obstante, los comentaristas en Alemania, e incluso muchos polacos, tildan al jefe de Estado de Polonia de "provinciano" y de plantear posiciones que ya han sido superadas por la historia y la integración de Polonia en la Unión Europea.
De provinciano lo tildaron hoy también manifestantes que irrumpieron en el aula magna de la Universidad Humboldt de Berlín, donde Kaczynski pronunciaba una conferencia sobre el proceso de unidad europea.
Una nota al margen
Se trataba de feministas y lesbianas que entraron en la sala y desplegaron una pancarta con la consigna "Amigos: ni un palmo a la homofobia".
Tanto en Polonia como en Alemania, Kaczynski es detestado por los homosexuales, porque como ex alcalde de Varsovia, prohibió, en 2004 y 2005, sendas "Marchas de la Igualdad", organizadas por gays y lesbianas.