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La masacre de Katyn aún pesa en la relación ruso-polaca.

7 de abril de 2010

La masacre de Katyn ha estado latente por décadas entre rusos y polacos. Rusia no ha investigado hasta hoy lo sucedido, pero por primera vez, este año, políticos de ambos países recuerdan juntos a las víctimas.

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Cementerio de Varsovia: tradicional ceremonia en recuerdo de las víctimas de Katyn (archivo 2008).Imagen: picture alliance/dpa

Más de 20.000 polacos, entre oficiales e intelectuales, fueron asesinados por orden de Josef Stalin en la primavera de 1940 en los bosques alrededor del pueblo de Katyn, cercano a la ciudad de Smolensk, hoy en el occidente ruso, entonces en territorio de la República Socialista Soviética de Belarús.

Durante la Segunda Guerra Mundial y las cinco décadas posteriores, los soviéticos inculparon a los alemanes. No fue sino hasta 1990 que Mijaíl Gorbachov reconoció la responsabilidad de su país. Pero sólo en 2010, por primera vez en la historia, políticos rusos y polacos recuerdan juntos la masacre. La noticia recorrió los titulares de todos los diarios polacos hace unos meses: tras 70 años, el primer ministro Vladímir Putin invitaba a Katyn a su homólogo polaco, Donald Tusk, para recordar juntos a las víctimas.

NO FLASH Katyn Mahnmal
Monumento conmemorativo en Katyn.Imagen: picture alliance/dpa

Pequeño avance

Este miércoles 7 de abril, tras escuchar las plegarias de religiosos cristianos, judíos y musulmanes, ambos líderes colocaron coronas florales en el monumento a los oficiales e intelectuales polacos asesinados. Tusk y Putin estrecharon luego sus manos, en un gesto histórico hacia una posible reconciliación y mejoría de las relaciones entre ambos países.

Polen Katyn
Cementerio de Katyn, actualmente.Imagen: DW

La visita de Tusk a Rusia incluirá conversaciones con Putin sobre otros temas. Además, ambos líderes asistirán, en la ciudad de Smolensk, a la lectura del último informe del grupo ruso-polaco creado en 2002 para investigar la matanza de Katyn. Sin embargo, al aceptar la invitación a inicios del año, Donald Tusk alertó que no debe esperarse demasiado de estos acontecimientos:

“Nuestra visión sigue estando bien distanciada de la tradicional concepción rusa de la historia. Lo que aparece como un enorme paso de avance para la parte rusa, es para nosotros un paso promedio o incluso muy pequeño. Pero al menos por estos pasos hay que comenzar y por ello he aceptado con satisfacción la invitación del primer ministro Putin”, dijo Tusk.

A los nazis, o al olvido

Massengräber von Katyn
Un ex soldado polaco (máscara blanca) dijo a comité especial del senado de EE. UU. haber sido testigo de Katyn. (Foto tomada el 10.02.1952).Imagen: AP

Putin es el primer jefe de Gobierno ruso que visita Katyn. Durante años soviéticos y nacionalsocialistas alemanes se inculparon mutuamente. Los nazis hallaron los cuerpos en 1943 y aprovecharon verificaciones forenses y declaraciones de los pobladores para dañar internacionalmente la imagen soviética y tratar de asegurarse el apoyo polaco. Los soviets, a su vez, no desaprovecharon la derrota nazi y nuevas pruebas forenses para devolver la acusación.

Siete alemanes fueron condenados a muerte por la justicia soviética y tres a 20 años de trabajos forzados, tras el fin de la guerra. Los sucesos debieron esclarecerse como consecuencia del reconocimiento de Gorbachov en 1990 o, a más tardar, con la orden de ejecución firmada personalmente por Stalin, el jefe de la policía secreta soviética, Lavrenti Beria, y otros altos miembros del buró político - que el sucesor de Gorbachov, Boris Yeltsin, sacara a la luz en 1992.

Pero la fiscalía militar de Moscú archivó todos los casos hace seis años. Las justificaciones: que los crímenes han prescrito y que una parte de los documentos históricos son secreto de Estado. Así que otra vez se tendió un manto de silencio sobre Katyn: “Hace ya años que no existe un diálogo sobre este tema entre Rusia y Polonia. Que la fiscalía cerrara los casos y los calificara como crímenes comunes, en vez de genocidio, es paranoico. Espero que este andar en círculos termine algún día”, dice el historiador Andrzej Przewoznik.

Eliminación de la élite intelectual polaca

Massengräber von Katyn
Cuerpos hallados en Katyn en 1943.Imagen: picture alliance/dpa

Con la matanza de Katyn, los soviets diezmaron a la élite polaca, el futuro del país, dice Przewoznik:

“Nosotros no decimos que fue un crimen ruso, no, fue un crimen comunista. Polonia se había levantado nuevamente, con gran esfuerzo, después de 123 años sin libertad. Y entonces, tras justo 20 años de independencia, la élite intelectual del país fue exterminada de un golpe. Esa gran pérdida fue un drama cuyas consecuencias sufrimos hasta hoy”, juzga el historiador.

Descendientes reclaman esclarecimiento

Que las masacres en los bosques rusos no hayan sido reconocidas como genocidio, que no se haya publicado hasta hoy la lista con los nombres de los polacos asesinados en Bielorrusia, entristece sobre todo a descendientes de las víctimas, como Witomila Jezierska, la hija de un oficial polaco asesinado hace 70 años.

“Esta es para mí una fecha triste cada año. Cada día sin padre y la búsqueda constante de la verdad han sido opresivos. Para mí, como hija, significa luto y dolor. Hasta hoy trato de conseguir información que parezca siquiera dar indicios sobre mi padre”, cuenta Jezierska. Y esta búsqueda se repite, por ejemplo, en el cortometraje que el director de cine polaco Andrzej Wajda, hijo de un oficial asesinado en Katyn, concluyera en 2007 y nombrara como este pueblo del oeste ruso.

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El filme de 2007, donde Andrzej Wajda recrea los acontecimientos en relación con la masacre de Katyn.Imagen: Pandastorm Pictures

Incluso la cifra de víctimas estimada hasta hoy es inexacta. El móvil del alto mando soviético, parece haber sido entonces similar al de los nacionalsocialistas: la derrota de Polonia a través del exterminio de sus cabezas pensantes, las élites militares e intelectuales.

Autor: L. Karmierczark / S. Wünsch / R. Muñoz Lima

Editor: Enrique López Magallón