La arquitectura humana de Alejandro Aravena
¿Cómo queremos vivir? El ganador del Premio Pritzker, Alejandro Aravena, se enfrenta a las grandes incógnitas arquitectónicas del presente: el hombre y el medio ambiente.
Por fuera de cemento
El Centro de Innovación del campus San Joaquín de la Universidad Católica en Santiago de Chile: un monolito de cemento de 14 pisos. El edificio se adapta al clima. La fachada protege del sol y el calor.
Por dentro luz y aire
Debido a la corriente natural de aire se reducen los gastos energéticos. El diseño interior debe fomentar la comunicación.
Medias casas
Este proyecto lo hizo famoso en todo el mundo. En 2004 construyó viviendas sociales en Chile para cien familias con presupuesto público. El arquitecto pensó que el presupuesto no llegaba para construir casas completas. El resto de la construcción quedó en manos de los inquilinos.
Espacio para todos
Aravena ha construido casi 2.500 casas para gente pobre, sobre todo, en Chile, pero también en México y Brasil. Se le llama con frecuencia "el arquitecto activista". Habla con la gente y participa en la construcción.
Arquitecto sin manías de estrella
No quiere ser el arquitecto que crea un templo de lujo donde el ser humano se pierda de vista. Relaciona la responsabilidad social con los imperativos económicos y el diseño humano, indicó el jurado del Premio Pritzker.
El parque infantil de Aravena
El jurado alabó su interés por la mejora del espacio en las ciudades y proyectos como este: un parque infantil en Santiago de Chile.
Las Torres Siamesas
Pero también puede crear edificios bombásticos, como las Torres Siamesas. Fachadas de cristal que, a primera vista, son inadecuadas para el calor de la capital que sobre todo calientan el edificio.
Dos edificios en uno
Aravena hizo construir otro edificio en el interior de las fachadas de cristal con criterios medioambientales. El viento vertical aporta aire más frío entre ambas construcciones. Las torres están ubicadas en la Universidad Católica de Santiago.
Austero por fuera
La residencia estudiantil de la University de St.Edward en Austin, Texas, se halla en un espacio agreste. El exterior del edificio parece arcaico y poco atractivo.