La bicicleta se pone de moda en Brasil
18 de junio de 2013
En un parque central de la ciudad brasileña de Curitiba se ve una escena inusual para un viernes en la noche: una señora sentada en una bicicleta de montaña, trata de mantener el equilibrio. A su lado, un hombre joven la sostiene y luego le da un empujón. Ella logra mantener el equilibrio y conducir la bicicleta. Ambos vitorean. Cristina de Araújo Lima tiene 58 años de edad y quiere aprender a andar en bicicleta de nuevo.
Cristina de Araújo forma parte del comité organizador de uno de los eventos más importantes de la ciudad de Curitiba, la carrera “Desafío Intermodal”. Se trata de una competencia en la que participan tanto corredores como diversos tipos de transporte, incluyendo autobuses, motocicletas y bicicletas. Todos parten del mismo lugar y cada uno puede escoger la ruta que desee para llegar al destino final, con la condición de que todos pasen por un punto intermedio previamente determinado y que obedezcan las reglas de tránsito. El objetivo es comprobar cuál de los medios de transporte es el más rápido y eficiente. Hasta ahora, la bicicleta es la campeona invicta.
En una entrevista con Global Ideas, Araújo, catedrática de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Paraná, nos explica por qué está aprendiendo a andar en bicicleta de nuevo y lo que siente al movilizarse como ciclista en las calles de una metrópoli brasileña.
Global Ideas: ¿Siente usted miedo al montar su bicicleta en Brasil?
Cristina de Araújo Lima: Sí. Muchos conductores de coches se comportan de forma agresiva hacia los ciclistas. Los accidentes están a la orden del día y hay que tener mucho cuidado. En Curitiba, sólo el 3% de la población usa la bicicleta como medio de transporte, más del 60% usa el transporte público y más del 25% se moviliza en coche. No existe aún una red de ciclovía muy amplia, de ahí que muchos ciclistas se ven obligados a utilizar los carriles para autobuses porque son más fáciles de transitar. El problema es que al conductor de un autobús grande le resulta difícil distinguir rápidamente a un ciclista que es pequeño a su lado. Asimismo, Curitiba promueve el transporte público, que tiene gran importancia aquí, mientras que en otras ciudades más pequeñas, la mayoría de las personas prefieren los coches y las bicicletas.
Aparte de los peligros del tráfico, hay también que tomar en cuenta el riesgo de ser víctima de asaltos. Yo vivo a ocho kilómetros de la universidad y el camino hacia el campus pasa por carreteras muy transitadas que todavía no tienen una ciclovía, además pasa bordeando una favela. Si alguien como yo no se siente muy seguro manejando una bicicleta, naturalmente que lo pensará dos veces antes de utilizar una para ir al trabajo.
Ahora que Ud. ya tomó su primera lección para manejar bicicleta, ¿se siente más segura?
Por supuesto. Además de mantener el equilibrio, estoy aprendiendo a dar las señales para alertar a los conductores cuando quiero cambiar de carril o girar. Desde hace años mi jefe, José Carlos Belotto, está tratado de convencerme de que use mi bicicleta para ir al trabajo. Pero primero voy a empezar manejando los días domingo, cuando las calles de Curitiba están parcialmente cerradas para los coches, y quedan libres para los ciclistas. Me gustaría utilizar más la bicicleta en mi vida diaria, sin embargo, eso no es posible todavía. En el futuro lo quiero hacer.
Usted aprendió a andar en bicicleta a los seis años y salía a pasear con sus padres a menudo. Y en realidad se dice que una vez que uno aprende no se olvida jamás.
Efectivamente. En realidad, no me he olvidado. Mi profesor se sorprendió bastante de que yo pudiera sostenerme sola ya en la primera clase. Pero uno pierde la práctica y la ligereza. Así que tengo que adquirir práctica nuevamente.
En aquel entonces, cuando aprendí a manejar, había mucho menos coches en Curitiba. Las calles eran tranquilas y yo salía mucho con mi bicicleta que tenía hasta su nombre, se llamaba "Bernardini". Hoy en día, con las calles tan llenas de gente y el intenso tráfico, uno tiene primero que practicar mucho antes de movilizarse con la bici en la ciudad.
¿Cómo fue para usted sentarse en una bici después de tantos años?
El año pasado estuve de vacaciones en París. Mis amigos me querían llevar a conocer la ciudad manejando la bicicleta y aunque desde hacía muchos años que no me montaba en una, pensé que todo saldría bien. Lo logré pero tuve que reconocer que había perdido el sentido del equilibrio. No sabía tampoco cómo dar la señal para indicar a los conductores cuando quería cambiar de carril y ni siquiera podía girar bien en las esquinas.
Por eso estoy contenta de tomar las clases con Fernando. Él me enseñó todo de nuevo de cero. Ya en la primera clase que pasé con él aprendí a girar el torso completamente y mirar hacia atrás. Me sorprendió mucho, y sobre todo me motiva a continuar después de esta primera lección.
Tal parece que la mayoría de los brasileños valoran mucho su coche y lo utilizan bastante para movilizarse de un punto a otro. El número de automóviles en Brasil se ha más que duplicado en la última década. Sin embargo, parece también que cada vez más personas se inclinan por la bici, incluso en una gran ciudad como Curitiba que, además, tiene una topografía montañosa no necesariamente adecuada para el ciclismo. ¿Qué se debe hacer entonces para promover más el uso de la bicicleta?
Según cifras actuales de la Organización Nacional del Transporte Público (ANTP, por sus siglas en portugués), muy pocas personas utilizan la bicicleta como un medio de transporte. En Sao Paulo, por ejemplo, solo el 1% de la población la utiliza. En Brasil, el coche se considera un símbolo de estatus muy importante. Algunas personas incluso prefieren comprarse un coche antes que invertir en un departamento o una casa decente. Además, el poder adquisitivo de la población brasileña ha crecido gracias a la buena situación económica del país. Es por eso que cada vez más personas se pueden permitir comprar un coche. Por otro lado, si no existe una infraestructura adecuada, es evidente que la gente no puede usar la bicicleta como medio de transporte.
En general, faltan aún más organizaciones que trabajen por los derechos de los ciclistas y que las políticas públicas promuevan más intensamente el uso de la bicicleta, concediendo a los ciclistas mayores espacios en la ciudad.
Sin embargo, justamente aquí en Curitiba, cada vez más personas valoran la bicicleta. Eso se debe también a que la municipalidad está promoviendo intensamente su uso como medio de transporte. Cada día se construyen más carriles para los ciclistas, ya hay sitios donde uno puede parquear la bicicleta con seguridad. Además, el número de tiendas y talleres de bicicletas aumenta con cada día que pasa.
En su primer día de trabajo, el alcalde de Curitiba llegó al Ayuntamiento montado en su bicicleta, y con él, todos sus empleados. Este fue un claro y positivo mensaje a la población.
Creo que este es el momento propicio para que germine un culto hacia la bicicleta y creo que podría tener muchos seguidores. Estamos al principio de un proceso y poco a poco se está poniendo de moda. Muchas personas carismáticas que utilizan la bicicleta desde hace años han popularizado este medio de transporte en Curitiba. Una de ellas es, por ejemplo, el famoso "Oil Man" (El hombre de aceite). Se trata de un hombre que, vistiendo un diminuto traje de baño y cubierto con abundante cantidad de protector solar, se pasea en bicicleta por las calles de Curitiba.
Asimismo, la Universidad Federal de Paraná organiza anualmente la carrera conocida como el "Desafio Intermodal". También, cada último viernes del mes se celebra la "Bicicletada". Esta actividad reúne a un grupo de aproximadamente 50 personas que manejan sus bicicletas por las calles de la ciudad para incentivar a los demás a utilizarla como medio de transporte. Este movimiento existe también en muchas otras ciudades grandes de Brasil, como Río de Janeiro, São Paulo y Porto Alegre. En realidad, surgió a partir de un movimiento internacional conocido como la "masa crítica" que se originó en San Francisco. Actualmente participan más de 300 ciudades en el mundo.
¿Existen en Brasil otros eventos y actividades más que promocionen la bicicleta como medio de transporte?
Existen muchos grupos y activistas que trabajan en pro de la bicicleta. Los primeros activistas ocupados de promover la bicicleta surgieron hace como diez años. En algunas ocasiones fueron hasta criminalizados. Por ejemplo, el año 2007, algunos activistas en Curitiba pintaron una cliclovía en la carretera en señal de protesta. Y tuvieron que pagar una fuerte multa. Acciones similares también se llevaron a cabo en otras ciudades importantes del Brasil.
Una iniciativa particularmente simpática es el proyecto "Al trabajo, en bicicleta" que fue lanzada por dos organizaciones: "Rodas da Paz" (Ruedas de la Paz) y "Bike Anjo" (Angel de la Bicicleta). Los miembros de esta iniciativa van en bicicleta su trabajo todos los días. Ellos están también tratando de instaurar un día oficial que se denomine "El día de ir al trabajo en bicicleta", el cual se celebraría el segundo viernes de cada mes. Asimismo, están trabajando intensamente para que en muchas más ciudades grandes del Brasil se abran tiendas de bicicletas y centros culturales que promocionen su utilización y ofrezcan clases para aprender a manejarla.
En la capital, Brasilia, hay incluso voluntarios que acompañan a quienes quieren ir al trabajo en bicicleta pero no se atreven a hacerlo solos.
Hay también centros culturales creados por voluntarios donde se presentan obras de teatro que giran al torno a manejar bici. Además, hay ciclistas independientes que se dedican a actividades como desarrollar un mapa de la ciudad con las rutas fáciles transitar a pesar de que las calles no tengan una ciclovía. En la actualidad, hay incluso ofertas de turísticas de paseo en bicicleta. Esto es ya un gran avance.
Autoras: Greta Hamann / Carolina Salinas
Editor/a: Emilia Rojas