“La cantidad de desaparecidos en México es surrealista”
15 de febrero de 2017Deutsche Welle: La obra griega de "Antígona" tiene más de 2.000 años de antigüedad. ¿Por qué decidió basarse en ella para abordar la realidad mexicana del siglo XXI?
David Gaitán: Hay una discusión en el original de Sófocles, que nos interesaba mucho retomar y que nos motivó a reescribir y reimaginar la obra. Es una reflexión a partir de la desobediencia civil. En el original, Antígona decide ir en contra de un mandato real, que era la prohibición de enterrar un cuerpo en particular: el de su hermano Polinices. Probablemente sea la primera obra en la que se pone sobre la mesa la desobediencia civil pacífica. En el contexto de una democracia moderna, creamos una obra alrededor de preguntas sobre cómo gobernar, la complejidad del liderazgo, del activismo y de la paradoja que ambas posturas implican.
De cara a la actual situación política en México, sobre todo en la era de Donald Trump, su obra pareciera acertar en el blanco al abordar temas como la responsabilidad de los políticos gobernantes y de la sociedad civil. Pero, ¿cuál fue su motivación, su inspiración original al crear esta obra?
Creamos la obra mucho antes de que Donald Trump fuera candidato a la presidencia. En aquel entonces, habían desaparecido en México 43 estudiantes, presumiblemente a manos del Ejército. Se volvió un caso muy simbólico. La cantidad de desaparecidos que hay en México es surrealista.
La necesidad de poder honrar el cuerpo de un familiar es un tema que por supuesto está en "Antígona" y también es algo que miles de familias en México están experimentando. Y no dudarían bajo ninguna circunstancia en hacer lo que hizo Antígona. Hay otro paralelo: si asumimos que el gobierno es cómplice de las desapariciones y que esas personas están muertas, entonces el gobierno es quien prohíbe a los familiares dar sepultura a los cuerpos de la gente que quieren, honrarlos y hacer duelo.
En 2014 trabajó con actores alemanes en Berlín en el marco de la obra "La ceguera no es un trampolín". También llevó al escenario "Demasiado cortas las piernas", de la suiza Katja Brunner, que fue presentada en Heidelberg y Mühlheim. ¿Cuál ha sido su experiencia de trabajo en Alemania? ¿Hay grandes diferencias entre el público alemán y mexicano?
Las experiencias han sido satisfactorias. Cuando trabajé en "La ceguera no es un trampolín" con tres actores alemanes descubrí que, si bien entendemos la teatralidad de diferente manera, en realidad somos mucho más parecidos de lo que por ahí uno fantasea. Con "Demasiado cortas las piernas", que presentamos aquí en Heidelberg, fue una experiencia muy interesante ver cómo el texto era regresado a través de nuestro filtro y qué efecto tenía eso sobre el público. Fue una conversación muy estimulante. Alemania es un país con el que siento que puedo dialogar mucho, que me gusta mucho aún sin hablar el idioma. Estoy pendiente de lo que ocurre a nivel teatral en este país, me interesan sus creadores, sus directores.
Actualmente Alemania y México celebran un Año Dual. ¿Cómo describiría las relaciones entre ambos países?
A nivel íntimo las he vivido increíblemente bien. A nivel cultural, particularmente a través del Instituto Goethe, ha habido muchos intercambios. Nunca antes en la vida teatral mexicana, tanta gente de teatro había viajado a Alemania como en los dos últimos años. Las relaciones probablemente nunca antes habían sido tan sanas.
El 14 de febrero David Gaitán presentó su obra "Antígona" en el marco del Festival de Teatro Iberoamericano "Adelante", en Heidelberg. (11.02.-18.02.2017)