La “causa Orbán”: duelo en Estrasburgo
11 de septiembre de 2018Este martes (11.9.2018) en Estrasburgo, la primera sesión del Parlamento Europeo dedicada a determinar la viabilidad de un proceso penal contra el primer ministro de Hungría por violar la normativa comunitaria empezó puntualmente. La eurodiputada de Los Verdes Judith Sargentini ya había leído algunos de los cargos esgrimidos contra Viktor Orbán cuando el aludido entró a la sala plenaria con doce minutos de retraso.
Sin ofuscarse en lo más mínimo, Sargentini recomenzó a leer la retahíla de infracciones para que Orbán las escuchara todas: violación sistemática de los derechos humanos, denegación de protección a minorías, restricción de la libertad de las ciencias, y actos contra la tolerancia y la solidaridad descritos en el artículo 2 del Tratado de Lisboa, entre otras transgresiones. La lista es larga. El mandatario escuchó petrificado a la ponente.
En nombre de los eurodiputados, Sargentini exigió que se abriera un proceso punitivo contra Orbán ajustado al artículo 7 del Tratado de Lisboa. Al Consejo de Ministros se le pedirá determinar si su Gobierno puso en peligro el Estado de derecho en Hungría y, si ese fuera el caso, recomendar medidas para subsanar el perjuicio consumado. Si Orbán no cooperara, Hungría podría terminar perdiendo su derecho a voto en la UE.
Primero Polonia, ahora Hungría
Polonia es objeto de un proceso similar, pero éste fue puesto en marcha por la Comisión Europea. Esta es la primera vez que la Eurocámara inicia una acción de esta magnitud contra un socio del club de los 27. Al tomar la palabra, Orbán refutó todas las recriminaciones y pasó a la ofensiva, repartiendo un dossier de 108 páginas en el que denunciaba la inclusión de 37 falsedades en el documento leído por Sargentini.
En lugar de responder a los señalamientos que se le hicieron, el primer ministro húngaro se esmeró en justificar su actuación como una respuesta a la política migratoria del bloque comunitario. A sus ojos, lo que Estrasburgo busca es castigar a los húngaros por no querer acoger a inmigrantes. "Hungría no se va a dejar chantajear. Defenderemos nuestras fronteras; también de ustedes, si es necesario”, espetó desafiante.
Dando por sentado que una mayoría aprobaría el documento que lo compromete, el imputado se dirigió a los eurodiputados con las siguientes palabras: "Ustedes van a condenar a todo un país, a todo un pueblo”. Orbán enfatizó que la honra de Hungría estaba siendo lesionada. Pero muy pocos de los asistentes –los populistas de derecha comunitarios– se mostraron impresionados por el discurso del "hombre fuerte” de Budapest.
Los pecados de Orbán
Tirios y troyanos se concentraron más bien en detallar los pecados atribuidos a Orbán, desde los económicos hasta los éticos, políticos e institucionales. El jefe de la fracción parlamentaria de los socialdemócratas, Udo Bullmann, le recordó que la Comisión para el Control Presupuestario del Parlamento Europeo había constatado el desvío del 30 por ciento de los fondos comunitarios entregados a Hungría.
Y el primer vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmerman, describió la gestión de las autoridades húngaras bajo el mando de Orbán como acciones que "amenazan a la sociedad civil” del país. Es por eso que, por su lado, la Comisión Europea ha iniciado una serie de procesos penales contra Hungría por la violación de contratos vinculantes. Sobre ellos se pronunciará la Corte de Justicia Europea más adelante.
Sesión decisiva
La suerte de Viktor Orbán se decide este miércoles (12.9.2018). Para que prospere el proceso en su contra ceñido al artículo 7 del Tratado de Lisboa es necesario que al menos la mitad de la Eurocámara participe en la votación y dos tercios aprueben la moción en cuestión. El voto decisivo será el de la fracción parlamentaria demócrata cristiana, a la que pertenece Fidesz, el partido de Orbán.
El jefe de esa fracción, Manfred Weber, espera que Orbán dé señales de estar dispuesto a hacer concesiones. "Debo confesar que, si Hungría no coopera, será necesario un diálogo en el Consejo de Ministros, según lo indica el artículo 7.1. del Tratado de Lisboa”, advirtió Weber. En otras palabras, la fracción demócrata cristiana de la Eurocámara podría votar a favor de que Orbán sea penalizado. Ese sería un hito en la historia comunitaria.
Bernd Riegert (ERC/ERS)
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