¿Amenaza de crisis?
30 de julio de 2011Publicidad
Con el fin de alejar cualquier riesgo de contagio de la crisis europea –y de la que amenaza con forjarse en Estados Unidos- volvió hace unos días el Gobierno brasileño a reafirmar sus previsiones: independientemente de las dificultades por las que pasan las naciones ricas, el país crecerá en torno al 5% hasta 2015, declaró el ministro de Finanzas, Guido Mantega.
De momento, parece que los mercados confían en la palabra de Mantega. Hace dos años nadie se hubiera atrevido a aventurar que un día sería más seguro invertir en Brasil que en algunos lugares del Viejo Continente. Pero lo que antes era “absurdo” hoy se perfila factible: actualmente cuesta más asegurar la deuda española que la brasileña. “Eso quiere decir que el riesgo que en estos momentos los mercados ven en España o en Italia es mayor que el que observan en países emergentes como pueda ser Brasil”, analiza la economista del Deutsche Bank Maria Laura Lanzeni.
A pesar de todo, América Latina sabe bien que las turbulencias por las que atraviesan Portugal, Grecia e Irlanda, y también España e Italia, podrían extenderse hasta sus orillas: el estudio DB Research, presentado el pasado viernes (29.07.2011) por el Deutsche Bank, llama la atención sobre este punto.
“Región vulnerable”
“A pesar de que los bancos españoles están muy presentes en Brasil”, continúa Lanzeni, “la interdependencia entre ambos sectores no es alta”. Eso protege a los brasileños de sufrir en exceso los coletazos de las debacles financieras que se forjan al otro lado del Atlántico, pero tal cosa no pueden decir de sus sistemas chilenos o mexicanos.
Según el Bank of International Settlements (BIS), que recopila datos económicos en todo el mundo, los créditos concedidos por entidades españolas en Chile alcanzan el 30% del Producto Interior Bruto del país, en México el 13% del PIB; a lo que hay que sumarles los títulos nacionales comprados por inversores desde Europa. “La significativa presencia de los bancos españoles en América Latina torna a la región vulnerable”, comenta Lanzeni, que ha participado en la redacción del DB Research.
Seguir observando
El escenario en España no es alentador: altas tasas de desempleo, un sector privado que sufre la contracción de la concesión de créditos y una deuda pública que casi cada día le cuesta más al Estado.
“A los bancos pequeños la crisis les ha afectado más, porque dependen más del mercado inmobiliario”, dice Manuel Manrique, de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior. Sin embargo las grandes entidades, al menos por el momento, “no han sufrido tanto las consecuencias”. Y, aún así, Lanzeni lanza de nuevo su advertencia: “tenemos que seguir observando a España y también a Italia, ya que de estos países emana un potencial de contagio de la crisis a los mercados emergentes”.
Autora: Nadia Pontes/ Luna Bolívar
Editor: Enrique López
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