La década de los 90 en Berlín: "Colorida, ruidosa y única"
10 de agosto de 2018Michael Geithner, uno de los cuatro curadores, desarrolló la exposición multimedia "Nineties Berlin" en colaboración con el Museo de la RDA de Berlín. En entrevista con DW habla del encanto único de los años noventa, entre ellos los berlineses del este, los lugares pintorescos, los hooligans y los ocupantes ilegales. La exposición estará abierta hasta el 28 de febrero de 2019 en la Alte Münze, una antigua fábrica de monedas del centro de Berlín.
Deutsche Welle: Señor Geithner, la exposición "Nineties Berlin" quiere llevar a los visitantes a la Berlín de los noventa. ¿Por qué ahora?
Michael Geithner: Ya era hora. Han pasado casi treinta años y toda una generación los ha seguido. Hay un desfase temporal. Las cosas también han cambiado en términos de espacio. Mucha gente que vivió Berlín en los años noventa añora ese tiempo y siente la necesidad de superar esos acontecimientos. En el Museo de la RDA también queríamos contar la historia de la caída del Muro de Berlín. El hecho de que Alemania se reunificara, no significa que esa etapa se cerró.
Algunos todavía recuerdan los años noventa, un colega lo describe "como si hubiera sido ayer". Los menores de 18 años de hoy, por otro lado, no han experimentado esa década. ¿Cómo se dirige la exposición a ambos grupos por igual?
Eso siempre es un desafío, pero creo que ha funcionado. Los jóvenes de hoy pueden retomar fácilmente muchos de los temas del pasado. Ya sean los clubes de Berlín que todavía existen o la música que todavía se escucha. A la generación joven también le fascina el ambiente juvenil de la época: se trata de la libertad que uno desea cuando termina la escuela. Como mudarse a una nueva ciudad donde el alquiler no cuesta mucho. Estos temas son un buen punto de partida para profundizar en ellos.
Para la exposición también desarrollamos una guía para el celular. De este modo, los visitantes pueden acceder a más de 200 textos e imágenes de información, es decir, entrar en detalles temáticos donde quieran.
La exposición está dedicada a la escena cultural y a los clubes de Berlín de los años noventa. ¿Qué pueden experimentar los visitantes?
Hay un ambiente especial llamado "Lost Berlin". El visitante pasea por un laberinto y encuentra en callejones sin salida todos los lugares coloridos que ya no existen en esa forma. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, el club de techno "Tresor" y las primeras grandes fiestas de Berlín Este de la serie "Tekknozid". Lugares como la "Kunsthaus Tacheles" y el legendario centro cultural "IM Eimer" también pueden ser visitados allí. Todo termina en una pequeña sala de espejos dedicada al Love Parade.
¿Por qué los años 90 fueron particularmente influyentes para la escena creativa de Berlín?
Porque han pasado muchas cosas. El Love Parade estalló. Solo 150 personas habían ahí en 1989. Al año siguiente, el doble, y así cada vez más. Para la exposición entrevistamos a DJ WestBam (uno de los DJs más importantes de la primera generación techno) como testigos de la época. Dijo que sin Berlín Oriental, toda la cultura techno habría sido algo muy pequeño. Después de la caída del muro, los berlineses orientales se dirigieron a Occidente con alegría y llenaron los clubes de la ciudad.
El Muro de Berlín es también una parte esencial de la exposición. Por ejemplo, los visitantes pueden escalar partes del muro y hacer selfies desde arriba. Al mismo tiempo, se recuerdan las numerosas muertes. ¿Cuál fue el efecto del Muro en los años noventa?
Era importante para nosotros no excluir el tema. Cuando el muro desapareció, Berlín de repente tenía esta franja verde recorriendo la ciudad. Se creó un espacio libre con el que realmente no se sabía qué hacer. Eso ha influido en toda nuestra vida.
En la mente, por supuesto, el muro todavía estaba allí. La superación de la ciudad dividida flotaba en el aire en los años noventa. Como curadores, por un lado, nos enfrentamos al reto de desarrollar una escenificación poderosa y, por el otro, recordamos a los 140 muertos en el muro. Las biografías de estas personas y las circunstancias de su muerte se cuentan en textos individuales.
Además de WestBam, usted entrevistó a otros doce testigos contemporáneos para la exposición. ¿A qué prestó atención para seleccionar a las personas?
Ese fue un proceso difícil, porque la integridad nunca puede ser reproducida. Era muy importante para mí dejar que diferentes voces expresaran su opinión. Entre los testigos de ese tiempo se encuentran personalidades conocidas como Inga Humpe, Gregor Gysi o WestBam. Pero también queríamos contar historias simples que son representativas de sucesos más grandes.
¿Por ejemplo?
Me parece especialmente emocionante la historia de un antiguo hooligan que era muy activo en la escena en ese momento. Pero también el punto de vista totalmente opuesto de un policía del mismo barrio que fue testigo de todos los enfrentamientos entre hooligans, nazis, ocupantes ilegales y la policía. Estas historias son increíblemente conmovedoras y ejemplares de lo loca que fue esa época.
Hablando de locuras, ¿en tres palabras, cómo describiría a la generación del 2000 y a la década de 1990 en Berlín?
Colorida, ruidosa y única.
¿Qué falta en el Berlín de hoy en comparación con los años noventa?
Berlín se enfrenta hoy a la pregunta: ¿Qué eres realmente? La ciudad ya no puede jactarse de ser "pobre pero sexy", como lo fue a principios de los noventa. Aunque el mito de ese tiempo se repite una y otra vez., creo que Berlín ya no lo es. La ciudad debería trabajar con énfasis para crear espacios libres para artistas, estudiantes y jóvenes, viviendas asequibles, pero también espacios para el debate político. Berlín no puede venderse por completo.
Autor: Paula Rösler (CT/MN)
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