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La debilidad del gigante

27 de junio de 2002

El euro se acerca a la paridad con la moneda verde, pero no por una fortaleza del euro, sino por la debilidad de la divisa estadounidense. Los escándalos corporativos como el de WorldCom son la punta del iceberg.

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La debilidad del dólar es sintomática.Imagen: AP

Con una cotización de 0,99 centavos de dólar por euro, la paridad entre el dólar y la moneda común europea es casi un hecho. En Europa la introducción del euro sigue provocando enojo por el encarecimiento de muchos productos y servicios. Ahora el euro parece tener una fuerza inusitada, pero la paridad entre las dos monedas refleja un problema fundamental en la economía norteamericana.

El anunciado repunte económico del gigante americano no llega, por lo menos no tan rápidamente como esperaban los analistas. El miedo ante posibles atentados terroristas, conflictos sin resolver como el de Oriente Medio o las animosidades entre la India y Paquistán, son factores que siguen presionando los mercados.

Por primera vez desde los años 20, la bolsa de Nueva York ha caído de manera lenta y constante durante el inicio de una ‘supuesta’ recuperación económica. El índice Dow Jones cayó durante las últimas 13 semanas hasta situarse en los niveles de principios de 1999. El poderoso dólar, durante tanto tiempo un símbolo de la milagrosa economía estadounidense, continúa su deslizamiento en picada. Desde enero ha caído en un 10% frente al euro y en un 8% frente al yen.

EEUU seguirá siendo primera potencia

Los optimistas como el secretario del Tesoro norteamericano, Paul O’Neill, afirman que "hay un movimiento irracional en los mercados", refiriéndose al comportamiento de la bolsa de Nueva York, durante los últimos días. "Lejos de perder su brío, el modelo estadounidense ha demostrado su fortaleza -afirma- por la manera como ha enfrentado el colapso del índice Nasdaq y los ataques terroristas, reaccionando con una recesión notablemente suave y corta".

La posición oficial en Estados Unidos es que mientras las cifras de producción industrial continúen rebasando las expectativas, el futuro económico de la primera potencia mundial seguirá siendo más prometedor que el de ninguna otra economía. Y una vez que los inversionistas comprendan este hecho, la irracionalidad dejará de imperar en los mercados financieros.

El semanario británico "The Economist" reacciona con cautela ante lo que llama "un exagerado optimismo" y afirma que, a pesar de que las cifras de producción industrial estadounidense han sido superiores que en las décadas de los 70 y 80, hay otros motivos que explican la volatilidad de los mercados.

Los titanes inflaron la bolsa

El primer razonamiento es que las bolsas de Wall Street siguen estando sobrevaluadas. A eso se añade una retracción en el consumo interno, con una inesperada caída del 0,9% en las ventas del comercio minorista en mayo pasado. Pero la segunda y más importante causa es la pérdida de confianza de inversionistas en las empresas estadounidenses. Desde la quiebra del consorcio energético Enron, muchos de los titanes del capitalismo norteamericano, han sido sometidos a auditorías internas. La lista de empresas con escándalos contables sigue en aumento.

Enron y ahora WorldCom, son la punta del iceberg. Se estima que unas 1,000 empresas norteamericanas han maquillado sus cifras de beneficios desde 1997. Según la Comisión de Valores de Bolsa de Estados Unidos esta "contabilidad creativa", es la causante de que la burbuja de Wall Street haya llegado a alturas inusitadas.

Escepticismo entre inversionistas extranjeros

Las anomalías contables son la principal causa de la pérdida de confianza por parte de los inversionistas en los balances presentados por empresas, sólo preocupadas en su cotización bursátil. Esto ha provocado que sobre todo sean ellos, los inversionistas extranjeros, quienes evalúen desde una óptica más crítica, el modelo económico de Estados Unidos.

Cuán peligroso es el escepticismo de inversionistas, se explica con la ecuación déficit público vs. inversión. Con un déficit público creciente, actualmente equivalente a un 4%, las finanzas públicas de EEUU dependen de la inversión extranjera. Como la inversión productiva –de las empresas- prácticamente se ha estancado, el ahorro de extranjeros está siendo destinado para financiar el consumo interno y un creciente déficit público.

La situación en otras economías, como las deJapón y Europa occidental, no es rozagante, afirman analistas. En comparación, la economía estadounidense, dinámica y flexible, sigue siendo la más fuerte del mundo. Pero está perdiendo la ventaja comparativa que tenía, la situación económica del mundo desarrollado parece homogenizarse.