La dura fragua de Heidi Klum
22 de mayo de 2007La hermosa Heidi Klum es una mujer de negocios. Sabe lo que quiere y suele conseguirlo. Por ejemplo, acaba de quedarse con un suculento contrato por un cuarto de millón de dólares para hacer publicidad a los jeans Jordache. La así destronada modelo británica Liz Hurley, que había sido el rostro de la marca durante un año, tuvo un ataque de ira, según el diario popular británico "Sun". Pero esos son gajes del oficio que probablemente no alteren a la alemana, acostumbrada a triunfar en el duro negocio de las pasarelas.
La próxima supermodelo
Duras deben ser pues también las aspirantes a sucederla en el estrellato de la moda, a juzgar por la forma en que Heidi Klum conduce su programa de TV "Alemania busca a su próxima Top Model", cuya temporada 2007 está a punto de terminar. Más de 50 millones de personas vieron el capítulo en que quedaron seleccionadas las tres finalistas de este año: Bárbara (20, estudiante de matemáticas), Hana (21, promotora) y Anni (21, auxiliar jurídica). Entre las más de 16 mil postulantes iniciales, ellas lograron abrirse paso hasta la gran prueba definitiva por el cetro, a disputarse este jueves.
Durante 12 semanas han tenido que ver literalmente estrellas para avanzar en este programa de casting, que no tiene tanto de glamour como podría pensarse. Convertirse en superestrella exige, si no sangre, al menos sudor y lágrimas. Disciplina y voluntad, aparte por supuesto de belleza y una figura espectacular, son los requisitos imprescindibles según Heidi Klum, que no se anda con remilgos a la hora de exigir a "sus chicas" posar en bikini sobre el hielo, o mantenerse impertérritas al contacto con una serpiente.
No sólo aplausos
A juicio de la modelo alemana, todo esto corresponde a lo que una profesional de las pasarelas debe estar en condiciones de aguantar en la vida real. Pero no todos se han mostrado convencidos. De hecho, Heidi Klum también ha sido blanco de críticas. Las más duras se centraron en que el programa fomentaba la obsesión de las adolescentes por adelgazar, con el consiguiente riesgo para la salud. La razón: una concursante de 1,76m de estatura y 52 kilos de peso fue eliminada el año pasado entre otras cosas por ser "demasiado gorda".
Heidi Klum rechaza todos los reproches y sigue adelante, alentada por el positivo rating de su espacio. Y éste, con suma probabilidad, volverá a encumbrarse el jueves, cuando se corone a la nueva ganadora de la temporada 2007, con la ilusión de convertirse en la próxima modelo top de Alemania.