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La Europa de los euroescépticos

Emilia Rojas14 de junio de 2004

El balance de las elecciones para el Parlamento Europeo, en las que los conservadores lograron la mayor cantidad de votos, deja de manifiesto dos aspectos inquietantes: el abstencionismo y el avance nacionalista.

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Robert Kilroy Silk celebra en Londres, afirmando: "Queremos recuperar nuestro país".Imagen: AP

En la mayoría de los países de la Unión Europea, los gobiernos se ocupan hoy de parchar como pueden las heridas sufridas anoche en las elecciones para el Parlamento Europeo. Los golpes recibidos por algunos fueron contundentes. Tal es el caso de Alemania y Francia, cuyos principales partidos gobernantes perdieron estrepitosamente. En ambos casos, sin embargo, los responsables afirman que seguirán adelante con sus respectivas políticas, pese a que está claro que ellas son el blanco de la condena electoral del domingo.

Los nuevos

¿Cuáles son, entonces, las repercusiones concretas que cabe esperar de estos comicios europeos? A nivel nacional, pocas o ninguna, aparte de los dividendos retóricos de la oposición. Tampoco en el Parlamento Europeo en sí supone una gran alteración el hecho de que las mayorías se hayan desplazado más hacia el sector conservador, que amplió su número total de escaños. Lo que sí da qué pensar en diversos lugares, comenzando por Bruselas y Estrasburgo, es el avance logrado por las fuerzas nacionalistas en las elecciones. La xenofobia y la resistencia a la integración parecen seguir siendo consignas atractivas en muchos lugares.

Sitzverteilung Europa english vom 14.06.04
La distribución de escaños , según atados aún provisionales del Parlamento Europeo: Izquierda Europea Unida: 39; Socialdemócratas:201; Verdes: 42; Liberales: 66; Conservadores: 276; Unión Europa de las Naciones: 27; Otros:81

Los populistas de derecha incluso se adjudicaron las primeras mayorías en la República Checa y en Lituania, dos de los países que acaban de ingresar en la Unión. En Polonia, en tanto, la Liga de Familias Polacas, de corte nacionalista y clerical, logró junto al radical partido agrario Samoobrona ("Autodefensa") cerca de un 29% de los votos. Una situación inquietante, tomando en cuenta que la Liga en cuestión fue un abierto opositor a la entrada del país en la UE y se valió en su campaña de la consigna "votemos por Polonia".

Malos augurios para Estrasburgo

Pero no sólo los representantes de los nuevos socios prometen ocasionar más de un dolor de cabeza en el parlamento comunitario. También en los antiguos se manifiestan tendencias claramente antieuropeístas. Podría parecer casi inverosímil, pero en la propia Bélgica, que alberga a la sede de la Unión Europea, el fenómeno adquiere dimensiones preocupantes, al punto de haber puesto en aprietos al primer ministro Guy Verhofstadt. Allí, la agrupación xenófoba Vlaams Blok conquistó un 14% de la votación, situándose en segundo lugar. En Francia, el Frente Nacional, de Jean Marie Le Pen, logró casi un 10% y en Suecia, aproximadamente el 35% del electorado se inclinó por alguna de las varias listas euroescépticas.

Guy Verhofstadt und Louis Michel Belgien NATO
Guy Verhofstadt, el primer ministro belga, en apuros.Imagen: AP

Uno de los sacudones más graves fue, sin embargo, el buen resultado obtenido por el Partido Reino Unido Independiente, que prácticamente triplicó los votos obtenidos en 1999 y ahora se empinó al 17%. Liderado por un popular animador de televisión, este grupo no se anda con rodeos: aboga porque Londres abandone la Unión Europea. Su jefe, Robert Kilroy Silk, afirmó desde ya que en lo posible no asistirá a las sesiones del parlamento para el que fue elegido. En total, el bando de los ultraderechistas, nacionalistas y contrarios a la integración europea ocuparán cerca de 70 de los 732 escaños en Estrasburgo. Suficiente incluso para formar una bancada propia.