La feria se moderniza

Los organizadores de la Feria del Libro de Fráncfort se muestran satisfechos. Y las cifras respaldan su alegría pues, tras dos años de retroceso, la Feria del Libro 2003 registró no sólo un incremento de expositores, sino también de visitantes. La respuesta del público fue positiva: se registró un crecimiento del 8 por ciento en el número de visitantes. Los organizadores de la Feria están convencidos de que el éxito logrado obedece al nuevo modelo implementado, que busca dar prioridad al visitante, al que no sólo se le ofreció la oportunidad de conocer las diversas editoriales, sino que además pudo asistir a una serie de eventos, fiestas y programas adicionales.

Animar al amplio público

Muchos pudieron admirar a uno de los grandes escritores alemanes contemporáneos, Günter Grass, no durante la lectura de uno de sus libros, sino mientras bailaba divertido al son de modernos compases. Lo mismo con el autor ruso-germano Vladimir Kaminer, quien actuó como pincha discos y estimuló a los visitantes a moverse al son de música pop rusa.

Más de 1.000 autores se presentaron durante la feria. Se realizaron más de 3.000 eventos incluyendo conciertos y exposiciones. El nuevo concepto de la feria persigue una mayor apertura también al público no especializado. Trata de responder a las demandas de nuestra época sin convertirse en un fenómeno popular. Si bien el nuevo esfuerzo enfocado al gran público fue en un principio criticado tanto por editoriales estadounidenses como inglesas, éstas se muestran satisfechas, pues no vieron perjudicados sus intereses comerciales. Incluso han informado que sus ventas crecieron muy por encima de los niveles alcanzados en los últimos años. También entre las editoriales alemanas ha resurgido la esperanza.

¿Peligro de popularización?

Aún así impera entre algunos el pesimismo cultural. El temor de que la Feria del Libro caiga en la tendencia de la popularización crece cuando se observa que estrellas de la farándula acaparan más atención que autores serios, o que en pabellones como el de la literatura rusa se ofrezca espectáculos folklóricos, pero en ningún momento se hable sobre la problemática de Chechenia.

Pero, por el momento, el balance general sigue siendo positivo. Especialmente el país invitado de honor, Rusia, ha obtenido un éxito rotundo. Autores como Jerofejew, Sorokin, Pelevin y Dachkova despertaron el interés amplio del público alemán e internacional.