La final anticipada de Jürgen Klopp
28 de abril de 2015Hace un par de semanas, al comunicar de forma oficial que al final de la temporada dejaría de ser el entrenador del Dortmund, Jürgen Klopp dijo que el perfecto regalo de despedida sería poder celebrar una vez más, junto al equipo y su afición, la obtención de un título.
La única posibilidad que le queda al Dortmund de alzar un trofeo antes de que Klopp se vaya del club es ganar la Copa Alemana, y el reto inmediato es vencer en Múnich al Bayern Múnich en la semifinal. La tarea se antoja casi imposible vistos los logros recientes del nuevo campeón de la Bundesliga, y favorito a imponerse en la Champions League.
El espanto de Guardiola
A diferencia del Dortmund, que para salir triunfador en Múnich tendrá que apelar a las emociones pues atraviesa una época de bajo rendimiento deportivo, el Bayern enfrenta la semifinal de la Copa Alemana con el viento a favor. Para el campeón de la Bundesliga el partido luce simplemente como otro escalón en el seguro camino al segundo título del ansiado Triplete.
Pese al favoritismo, que creció tras el anuncio de que Arjen Robben se recuperó de su lesión y podrá jugar contra Dortmund, los bávaros no se toman el partido con ligereza. La razón es simple: Jürgen Klopp es el único entrenador que ha sido capaz de arrebatarle consecutivamente a Pep Guardiola dos títulos venciéndolo en la Supercopa Alemana del 2013 (4-2) y el 2014 (2-0).
Además, si bien Guardiola se quedó con la Copa Alemana del año pasado, el tercero de los tres títulos que han disputado el uno contra el otro, el español no consiguió doblegar al alemán en los 90 minutos regulares. En aquella ocasión la fortuna le sonrió al Bayern luego de que un gol anotado por Mats Hummels en el minuto 64 no fuera concedido por el árbitro, quien no alcanzó a ver cómo el balón traspasó la línea de meta. Dortmund perdió la final 0-2 pero Klopp estuvo muy cerca de volver a imponerse sobre su famoso colega.
Ánimos espoleados
Múnich se encargó de elevar la tensión del enfrentamiento al detonar dos explosivas granadas informativas que alborotaron el vestuario del Dortmund. La primera la reveló Helmut Markwort, miembro del consejo administrativo del Bayern, al asegurar que Jürgen Klopp estuvo a punto de llegar a dirigir el equipo bávaro pero que al final, cuando ya todo estaba muy adelantado, el club se decidió por Pep Guardiola. La segunda bomba la soltó Franz Beckenbauer, presidente emerito del Bayern, al anunciar que para Klopp las puertas del club de Múnich siempre estarán abiertas.
Poco después, con un “Lo siento, me equivoqué”, Markwort corregiría su versión aclarando que el nombre del entrenador se consideró en Múnich, pero en el año 2008. Esto, sin embargo, no calmó los ánimos exaltados con los rumores, ni apaciguó el caldeado ambiente del partido.
Dortmund y Klopp llegan a Múnich con el lema “esta es nuestra final”. Al Bayern le viene bien esa actitud, pues pensando la semifinal de la Champions League contra el Barcelona la próxima semana, nada mejor que mantener la tensión competitiva enfrentando a un rival ansioso de exigirlo al máximo en la Copa Alemana.