La gran fiesta de la reunificación
29 de septiembre de 2010La noche del 3 de octubre de 1990 iluminó con una fiesta de luces el edificio del Reichstag. Miles de ciudadanos habían acudido conscientes de que eran testigos de un proceso histórico. Ni alemanes ni europeos creían posible que una revolución pacífica hubiera derrumbado un sistema en un lapso de tiempo tan corto. Aquel 3 de octubre de 1990 la entonces República Democrática Alemana pasó a formar parte de la República Federal de Alemania. La población volvía a vivir en un solo Estado después de 40 años de división.
Desde la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, habían transcurrido meses de intensas negociaciones para los politicos de ambos Estados alemanes. En el territorio que comprendía la antigua República Democrática Alemana (RDA), se constituyeron cinco nuevos Estados federales que se integraron al sistema de la República Federal de Alemania. Se introdujo el marco alemán y se eliminó el aparato de control estatal. Desde la caída del Muro de Berlín en toda Europa del Este los ciudadanos reclamaban libertad de movimiento y una transformación del sistema politico.
Todo empezó con los reclamos en Rusia que fueron rápidamente retomados por los movimientos de protesta en todo el este de Europa. Glasnost (transparencia) y Perestroika (transformación) fueron las consignas asociadas con el nombre de Michail Gorbachov. Un proceso que provocaba temor y preocupación en numerosos países europeos occidentales.
Escepticismo en Londres y París
Inicialmente la propuesta alemana a favor de una reunificación encontró escepticismo en las capitales de Europa. Seguía habiendo temor ante una Alemania fuerte en el centro del continente. La primer ministra británica, Margaret Thatcher no hizo ningún secreto de su postura en contra. Tampoco el presidente francés, Francois Mitterand se mostró amigo de semejante idea.
En la Unión Soviética también había reticencias al proceso que se gestaba en Alemania y el centro de Europa. La antigua potencia se sentía amenazada al perder influencia sobre los países que pertenecían al Pacto de Varsovia, la alianza militar que era el contrapeso socialista a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y al sistema capitalista.
Golpe de Estado contra Gorbachov
En occidente se temía que pudiera haber un golpe contra Michail Gorbachov, que acabaría poniendo en tela de duda el apoyo de la Unión Soviética a la reunificación alemana. Pero como después confirmaron los acontecimientos, la suerte estuvo a favor. Aunque durante muy poco tiempo. Si el proceso se hubiera extendido más allá de 1990 otro desenlace hubiera sido posible.
A finales de 1990 la invasión de Irak a Kuwait ocupó los titulares del mundo entero. A mediados de 1991 se produjo un intento de golpe de Estado contra Gorbachov. De haber tenido lugar estos acontecimientos un poco antes, la reunificación alemana hubiera sido una negociación más larga y difícil.
Autor: Matthias von Hellfeld/ Eva Usi
Editor: José Ospina-Valencia