La hortaliza en el tejado
3 de enero de 2012Hoy, tras la llegada del invierno a Alemania, es difícil imaginar que un verdísimo jardín pueda florecer sobre el techo del gigantesco contenedor que ha sido elegido para crear la granja urbana más grande del mundo. El contenedor, usado anteriormente para el transporte marítimo de mercancía, está ubicado entre una de las autopistas que conduce a Berlín y una ancha avenida de la capital alemana, en el patio de una antigua fábrica de malta. El cielo gris y la lluvia le dan a la instalación el aspecto de un complejo industrial inhóspito, estéril.
Pero, en el verano de 2011, este prototipo dio motivos suficientes para creer en la posibilidad de sembrar y cosechar a gran escala en los techos de las ciudades. Sobre ese contenedor crecieron tomates y yerbas; abajo, en un enorme acuario, nadaban carpas. Sí, carpas. Estos peces de agua dulce juegan un rol importante en la aquaponía, el sistema del cual depende la granja en cuestión para florecer. “Entre los peces y las plantas tiene lugar un proceso de circulación de agua muy interesante”, comenta uno de los quince estudiantes de la Universidad Técnica de Berlín que han venido a examinar este proyecto.
Las ventajas de la aquaponía
Tobias Wimmer, un estudiante de diseño urbano, simplifica la explicación del sistema aquapónico señalando que los peces excretan sustancias en el agua que son nutritivas para las plantas; estas sustancias son absorbidas por las plantas y el agua, que ha sido filtrada por las plantas, puede retornar al acuario de los peces. “Eso no significa que los vegetales adquieran el sabor del pescado”, bromea Wimmer, cuya tarea es determinar qué tan realista es el objetivo del experimento que tiene lugar en este contenedor.
Se espera que, para 2013, los 4.000 metros cuadrados que mide el techo del contenedor estén cubiertos con invernaderos rebosantes de vegetales. “Esta granja urbana va a ser tan grande como un campo de fútbol”, dice Christian Echternacht, uno de los tres artífices del proyecto bautizado Frisch vom Dach, una expresión que en alemán significa “fresco, recién traído del tejado”. Echternacht está a cargo de difundir y mercadear la idea de que, en el futuro, la alimentación sustentable en las grandes urbes será viable mediante el aprovechamiento de sus superficies menos usadas: los techos.
Urban farming, un movimiento global
Los socios de Echternacht están a la caza de inversionistas dispuestos a aportar los 5 millones de euros necesarios para financiar los costos de esta granja urbana. Pero las ventajas ofrecidas por este sistema de siembra y cosecha –los bajos costos de mantenimiento, la calidad de los productos cosechados y los bajos precios a los que estos podrían ser vendidos, por ejemplo– no sólo han sido percibidas por los alemanes de Frisch vom Dach. En realidad, los granjeros urbanos parecen formar parte de un movimiento global. El fenómeno del urban farming ya ha dado algunos frutos esperanzadores en Estados Unidos y Suiza. ¿Visión de futuro o delirio? Es está por verse.
Autores: Nadine Wojcik / Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse