La industria en fuga
28 de mayo de 2003Según un estudio presentado recientemente por la Cámara de Industria y Comercio, no son pocas las empresas, que planean darle la espalda a Alemania. El resultado de diversos estudios demuestran que cada cuarta empresa industrial proyecta abandonar Alemania o por lo menos reubicar ciertos sectores de producción en el extranjero. Cada segunda empresa del sector textil, cada cuarta del electrónico y más de un tercera parte de constructores de maquinaria pesada planean trasladar por lo menos una parte de su producción al extranjero. En el caso de áreas orientadas al consumo interno, como por ejemplo la industria alimenticia, la industria del papel impresión y edición, no sucede así.
Huyen de los altos impuestos
Las principales centros de interés de los empresarios alemanes que proyectan trasladar sus fábricas al extranjero se encuentran dentro de la eurozona, así como en naciones del este europeo. Sin embargo también se registra un creciente interés por la región asiática. Especialmente alarmante resulta el hecho de que no sólo las industrias intensivas piensan sobre estos planes. También departamentos administrativos, de investigación y desarrollo analizan las ventajas de desplazarse al extranjero.
La causa principal del traslado al extranjero son los impuestos exageradamente altos, así como una serie de contribuciones, salarios y leyes laborales muy rígidas. Actualmente la industria alemana emplean a cerca de 2,4 millones de personas en el extranjero. La Cámara de Industria y Comercio estima que anualmente se exportan unos 50.000 plazas de trabajo al extranjero, lo que significa que el mismo número de plazas se pierden en Alemania.
Un problema de comptetitivdad
Más alarmante aun, resulta el hecho de que no sólo las grandes empresas, sino también la mediana y pequeña industria piensan sobre las ventajas de salir de Alemania. Aun cuando esta tendencia responde a la dinámica de la globalización, en el caso alemán se da preponderantemente sólo en una dirección. Mientras que las empresas "emigran", es muy reducido el número de empresas extranjeras que trasladan sus centros productivos a territorio germano.
Es obvio que Alemania padece un problema de competitividad. La pregunta que ocupa ahora a los políticos es cómo incrementar el atractivo de Alemania. Muchos especialistas estiman que el paquete de reformas incluidas en la Agenda 2010 que promueve el canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder, son un comienzo, siempre y cuando no se concentre en abaratar la mano de obra alemana, sino en fomentar las innovaciones.