La inyección financiera estadounidense

De Volkskrant, de Holanda: “El gobierno de Obama ha cometido errores. En tres ocasiones, tuvo que dar marcha atrás a la propuesta de candidatos a un cargo ministerial. La Casa Blanca alimentó grandes expectativas con respecto al programa de saneamiento de los bancos pero, cuando lo presentó, el paquete se veía como una reedición del plan del gobierno anterior. La decepción fue, no en último término, producto de un mal manejo de las relaciones públicas. Pero a tales resbalones se contrapone ahora un anuncio como debe ser: un paquete de medidas de apoyo coyunturales de casi 800 mil millones de dólares, que fue aprobado por la Cámara de Representantes y el Senado y que Obama pondrá oficialmente en vigor el martes. No obstante, la Casa Blanca ha tenido que echar agua al vino, sobre todo en lo que respecta a los gastos fiscales, para obtener el respaldo de determinados senadores republicanos”.

Europa descoordinada

Saarbrücker Zeitung, de Sarrebruck: “Estados Unidos ayuda a los suyos y la Unión Europea se contenta con pintar de negro el horizonte. Mientras Estados Unidos elabora un enorme paquete de medidas para reactivar la coyuntura, los miembros de la Unión Europea actúan sin rumbo claro. Cada uno ata su propio paquetito de medidas, cada cual tiene su propia receta. Francia lo intenta con una pizca de proteccionismo, Gran Bretaña quiere salvar a su industria financiera y los alemanes lo intentan todo: un poco de incentivo para la compra de automóviles nuevos (mediante una prima para el desguace de los antiguos), nuevas calefacciones para las escuelas, un par de reducciones tributarias. Lo que falta es coordinación y un proceder mancomunado de la UE. Entonces los programas de ayuda tendrían con seguridad más impacto”.

Falta de control

The Times, de Londres: “Cuando el consumo privado y las inversiones se contraen, con inevitables consecuencias en la totalidad de la economía, el gobierno tiene que cubrir los agujeros. Pero el paquete coyuntural estadounidense resulta problemático en varios aspectos: en primer lugar, faltan las medidas que lo flanqueen; en segundo, semejante programa financiero multimillonario da la falsa impresión de que los gastos gubernamentales son productivos; y, en tercero, los detalles de este amplio paquete financiero deben ser aún examinados con más exactitud. Las inyecciones financieras ayudan si son los suficientemente grandes y rápidas. El paquete de Obama es gigantesco y oportuno, pero algunos detalles permiten sospechar que no cuenta con suficientes mecanismos de control”.

Lamentos previsibles

Neue Zürcher Zeitung, de Zurich: “No hay duda de que el Estado asumirá en los próximos años un papel mucho más importante en la vida económica. No sólo los republicanos temen que numerosas medidas, concebidas en realidad como únicas y transitorias, puedan adquirir en poco tiempo una dinámica propia y elevar el gasto fiscal a un nuevo nivel. Pero Estados Unidos simplemente no puede permitírselo. Otro riesgo radica en la posibilidad de que el dinero no sea gastado en forma sensata. Existe el peligro de que el dinero fluya allí donde se lo reclame más rápidamente y a voz en cuello, y no allí donde surtiría el mayor efecto. Y, no en último término, con el enorme nuevo flujo de fondos se abren espacios a la corrupción. De algún modo, los lamentos posteriores ya parecen estar programados, y no sólo debido a las cuantiosas deudas adicionales ligadas al paquete de medidas de reactivación”.