“La OTAN quiere dialogar con Rusia”
19 de abril de 2016DW: El Consejo OTAN-Rusia sesiona este miércoles por primera vez después de casi dos años. En 2014, la OTAN había interrumpido el contacto debido a la anexión de Crimea por parte de Rusia. Ahora solicitó la reanudación de las conversaciones. ¿Cometió la OTAN entonces un error?
Wolfgang Ischinger: Lo último que necesitamos ahora, en la situación más peligrosa desde el fin de la Guerra Fría, es el intercambio de argumentos propagandísticos. Por cierto, no fue brillante suspender el Consejo OTAN-Rusia en 2014. Yo mismo negocié el acta fundacional OTAN-Rusia a mediados de los años 1990. La intención fue crear un organismo que funcionara como gestor de crisis. En los últimos dos días tuvieron lugar dos aproximaciones peligrosas entre jets militares rusos y un buque y un avión de Estados Unidos. Si alguien aprieta apresuradamente un botón, puede producirse una escalada con impredecibles consecuencias…
Por eso es importante que el Consejo OTAN-Rusia vuelva a sesionar. La primera medida que yo recomiendo es crear un organismo militar permanente de prevención de crisis, que sesione los siete días de la semana. Oficiales occidentales y rusos deben ayudar a evitar malentendidos en caso de aproximaciones de unidades militares de una y otra parte. Por eso saludo explícitamente que el Consejo vuelva a sesionar.
¿Por qué crea Rusia situaciones peligrosas como la reciente en el Báltico, poco antes de que sesione el Consejo OTAN-Rusia?
Occidente y Rusia ven las cosas en forma diferente. Constatamos que lo mismo sucedió en Crimea y el este de Ucrania. Rusia dice que la OTAN empeora la situación a través del desplazamiento de un enorme potencial militar hacia la frontera este de la OTAN. Nosotros podemos decir que lo vemos de forma muy diferente, pero debemos reconocer que se trata de dos relatos diferentes. La cuestión es: ¿cómo podemos ofrecer, por un lado, seguridad a nuestros aliados en Europa Oriental, que con razón la exigen en vista de lo ocurrido en Ucrania y, por otro lado, dar a entender a Rusia que nada tiene que temer de parte de Occidente?
Sobre todo dos temas están en el orden del día: Ucrania y Afganistán. ¿Sobre qué debería hablarse en su opinión?
No podemos pedirle al Consejo OTAN-Rusia más de lo que está en condiciones de aportar. Solo se trata de un instrumento diplomático de enlace y contactos. En su primera sesión no podrá tomar decisiones operativas en relación con las más series crisis del presente. Con respecto a Ucrania, sería importante que la OTAN y Rusia hablaran sobre cómo las planeadas elecciones en Ucrania podrían ser llevadas a cabo de la forma más justa e internacionalmente aceptada posible. La misión de la OSCE es obstaculizada actualmente sobre todo por los separatistas. ¿Por qué no se puede hablar seriamente con Rusia acerca de la posibilidad de que la misión realice observaciones también desde el territorio fronterizo ruso? Sería algo sensato y que podría conversarse en el Consejo OTAN-Rusia.
¿Qué espera de la reunión del Consejo en Bruselas?
Sería bueno que ambas partes vieran la reapertura de ese canal de diálogo como el fortalecimiento de lo que durante décadas fue el fundamento de la estrategia occidental: la decidida protección de los países miembros de la OTAN y su territorio por un lado y por otro, un diálogo abierto y amplio con Rusia, orientado hacia la cooperación. La OTAN no quiere crear una nueva línea divisoria Este-Occidente que discurra simplemente 1.000 kilómetros más al este. Queremos superar esas divisorias. Por eso necesitamos un diálogo con Rusia y debemos hallar una forma de reducir los gestos propagandísticos y militares envenenados. Occidente no lo puede hacer solo. Rusia debe participar. Nosotros solo podemos enviar una señal de que estamos dispuestos a apoyar medidas generadoras de confianza y abrigar la esperanza de que esa señal sea entendida.
Wolfgang Ischinger es un jurista y diplomático alemán. Fue secretario de Estado en el Ministerio de Relaciones Exteriores y embajador alemán en Washington y Londres. Desde 2008 es director de la Conferencia de Seguridad de Múnich.