La resurrección de la Naranja Mecánica
13 de junio de 2008Raymond Domenech asegura que no es supersticioso, aunque se dice que consulta el horóscopo a la hora de seleccionar a sus jugadores. Cuando se le preguntó, antes del partido, si no le preocupaba jugar un viernes 13 -equivalente al martes 13 hispanoamericano- dijo que no creía en eso, porque traía mala suerte. De todas maneras, la fortuna les volvió la espalda a los franceses en su segundo partido de la Eurocopa, en que Holanda abrió el marcador antes de los 10 minutos, con un disparo de Dirk Kuyt, seguido más tarde por otro gol de Robin van Persie.
Francia, sin tregua ni chance
De nada sirvieron los coros de “allez les bleus”, ni el gallito mascota que aleteaba en la tribuna. Ni el dominio azul de la cancha, ni los esfuerzos de Frank Ribery, ni las varias oportunidades de gol que se labraron los franceses. Ni siquiera el gol que finalmente logró anotar Thierry Henry trajo alivio, porque la hinchada francesa no terminaba de celebrarlo cuando Arjen Robben restableció la ventaja holandesa de dos goles (3 a 1).
¡Qué partido! Sin tregua. Sin rendición francesa al infortunio... Sin salvación para los subcampeones del Mundial 2006, que sufrieron la estocada final con el gol de Wesley Sneijder, al término del partido. La cancha, con un rincón salpicado de cáscaras de naranja, se convirtió en alfombra a los pies de esta Holanda hábil y prometedora, que ya había debutado en este torneo humillando a una Italia que tiene aún en sus manos la Copa del Mundo.
Reedición de la final del Mundial 2006
Azurri y bleus volverán a enfrentarse ahora, como en la final de Alemania, en el último partido del “grupo de la muerte”. Ambos, en igualdad de condiciones, cargando en sus espaldas con una derrota ante Holanda y un empate con Rumania. Ambos, forzados a jugarse el todo por el todo, con la esperanza de que la naranja mecánica arrase también a los rumanos, abriéndoles la posibilidad de pasar a la segunda ronda. Pero, también en ese escenario, la alternativa será Italia o Francia. Uno de los dos tendrá que marchase, necesariamente, a casa.
Que los rumanos no están dispuestos a regalar nada, lo dejaron en evidencia en su encuentro con Italia este mismo viernes 13. El empate podría haber sido incluso una victoria, de no haber sido porque el arquero Buffon detuvo un penal. Pero Rumania tendrá que vérselas con la verdadera revelación de esta Eurocopa, una naranja mecánica que funciona como en sus mejores tiempos y de seguro quiere seguir saboreando triunfos, aunque ya esté más que clasificada y se haya convertido en claro favorito para llevarse la Copa Euro 2008.