Alemania estrena su título
1 de septiembre de 2014Paradójicamente, la primera aparición de los alemanes oficiando como nuevos campeones del fútbol mundial será frente a Argentina, su último rival en una época que se antoja lejana, y en la que solo se era un plebeyo entre muchos más aspirando al trono. Ahora,coronada, los ojos de los aficionados internacionales están atentos a ver cómo se comportará Alemania con el título, y si lo ostentará con la virtuosidad de su predecesor.
Un monarca distinto
España, en su momento, fue dueña de un equipo que despertó admiración, incitó a la imitación y atemorizó a los rivales a lo largo de cuatro años en los que los apabulló sin consideración. Muchos se preguntan si se puede esperar de los alemanes algo similar a lo que lograron los españoles, que perdieron sólo un partido oficial -la final de la Copa Confederaciones 2013- antes de presentarse en Brasil 2014 a defender su cetro.
La respuesta a esa inquietud se encuentra al observar al detalle a la Alemania que ganó la Copa del Mundo en Brasil, y la Alemania que tendrá que portar el título hasta el Mundial de Rusia 2018, haciendo escala en la Eurocopa del 2016 en Francia. Ambas son muy distintas, y sus diferencias no alientan la ilusión de que el cortejo victorioso al que España acostumbró al público podrá ser emulado.
Y es que la primera Alemania, la que triunfó en el Mundial, ha empezado ya a disolverse. Ella tenía una selección que alcanzó la gloria con jugadores claves que pasaban por un momento decisivo de sus carreras y estaban en la cresta de la ola profesional. Desde allí, o se asume el riesgo de caer en picada, o se desacelera el ritmo en busca de un suave aterrizaje.
Un futuro exitoso es aquel que, bien administrado, consigue controlar la velocidad del descenso. Eso explica que el capitán Philipp Lahm, el máximo goleador en la historia de los Mundiales Miroslav Klose, y el defensor central Per Mertesacker, anunciaran recientemente su retiro de la selección. Otras piezas importantes, como el mediocampista Bastian Schweinsteiger y el delantero Lukas Podolski, le han puesto publicamente fecha de expiración a su disponibilidad incondicional: el verano del 2016 será el momento del adiós.
Mientras la España que triunfó en Sudáfrica 2010 era un equipo en su mejor momento de crecimiento, la Alemania campeona de Brasil 2014 es una selección que empieza su regencia levantando las esclusas para refrescar sus aguas.
La nueva Alemania
El seleccionador Joachim Löw ha dejado entrever que tendrá paciencia, y que asumirá con calma y tiempo la renovación de la plantilla del campeón del mundo. El entrenador alemán se puede dar este lujo pues por un lado su grupo eliminatorio a la Eurocopa 2016, con Escocia, Polonia, Irlanda, Gibraltar y Georgia como competidores, no es exactamente exigente o difícil. Por el otro, los primeros jugadores que integrará al equipo de la “nueva Alemania”, son viejos conocidos que por culpa de las lesiones se quedaron fuera del Mundial de Brasil.
Para el partido de este miércoles contra Argentina, en Düsseldorf, y para el primero de la eliminatoria de la Eurocopa, contra Escocia, Löw solamente introdujo tres novedades en la convocatoria con respecto a la lista de jugadores que ganaron el Mundial: el delantero Mario Gömez regresa al equipo nacional a justificar ser el merecedor de la herencia que le ha dejado Miroslav Klose; Marco Reus recupera el puesto en la selección que la mala fortuna le arrebató a 24 horas de marcharse a Brasil; y Antonio Rüdiger, un defensor central de apenas 21 años que debutó el pasado mes de mayo, cuya tarea es confirmar que el futuro le pertenece.
Para los restantes tres partidos oficiales de los alemanes en este 2014 (Polonia e Irlanda en octubre, Gibraltar en noviembre), Löw podrá reactivar a jugadores ya probados (los gemelos Lars y Sven Bender, e Ilkay Gündogan) y tendrá la oportunidad de introducir, esta vez con perspectivas serias, a varios de los jóvenes talentos que sometió a prueba al final de la pasada temporada. Entre ellos se cuentan algunos prometedores futbolistas como Leon Gortezka, Max Meyer, Sebastian Rudy, Kevin Volland y Oliver Sorg.
Por eso, y pese a los bonitos recuerdos que despierta el partido en la afición, Alemania no va a jugar contra Argentina para revivir el pasado, sino para enterrarlo. El campeón del mundo empieza esta semana una nueva era.