Con teconología alemana
15 de julio de 2011La ampliación de la energía nuclear en Brasil no sería posible sin la ayuda de Alemania. Una década antes de que la primera central fuera inaugurada, en 1985, los gobiernos de ambos países llegaron a un acuerdo de cooperación. Brasil quería disponer de un ciclo completo de abastecimiento.
La segunda central entró en funcionamiento en 2001. Se trata de un reactor tipo PWR (Pressurizer Water Reactor), o reactor de agua presurizada, que se compró a KWU, entonces subsidiaria de Siemens. La tercera central, actualmente en construcción, contará con el mismo tipo de reactor, comprado hace dos décadas por el gobierno brasileño. Sin embargo, tras el viraje de Alemania en su política nuclear, el asunto se ve ahora rodeado de polémica.
Alemania, que ha decidido ir cerrando sus 17 centrales hasta 2022 puede ser avalista de la construcción de la tercera central en Angra do Reis, en Río de Janeiro. El país ha dado garantías para un crédito de 1,3 billones de euros a Siemens, que también tiene participación en la compañía que va a construir la central, la francesa Areva.
Proyecto antiguo
La maquinaria pesada que formará parte de la tercera planta nuclear brasileña ya se encuentra desde hace años almacenada en territorio brasileño. Recordemos que su construcción se inició en la década de los 80, se paralizó en 1986 y sólo en 2008 recibió el permiso medioambiental de Ibama.
Actualmente, las obras dan empleo a 3.300 personas y, si todo transcurre como está previsto, la central entrará en funcionamiento en diciembre de 2015. “Existe un contrato entre Eletronuclear y Areva NP. Se trata de un acuerdo muy antiguo, porque la construcción de Angra 3 estuvo parada durante muchos años. Ese contrato fue renegociado”, declara a Deutsche Welle el ingeniero Leonam dos Santos Gimaraes, adjunto al director presidente de Eletronuclear. Areva NP contribuirá con la provisión de diversos servicios de ingeniería y algunos pocos equipamientos, “porque la mayoría llegó de Alemania en el pasado”. Aún resta cierto instrumental para controlar la central, que será más moderno en comparación con el de Angra 2. “Se trata de ir acordes con la evolución de la tecnología digital”, añade Guimaraes. La potencia de la central será de 1405 MW, cantidad que abastecería, por ejemplo, un tercio del consumo del estado de Río de Janeiro. La inversión adicional, según estimaciones del gobierno brasileño, es de 8,56 billones de reales.
Vínculos alemanes
Areva no quiso hacer declaraciones sobre su participación en Angra 3. “No tenemos nada nuevo que decir”, fue la respuesta que obtuvo Deutsche Welle. El grupo francés fue fundado en 2001 e integra hoy a KWU, antigua subsidiaria de Siemens.
En febrero de 2010, el consorcio Areva NP/Siemens pidió al gobierno alemán una garantía para un crédito por valor de 1.3 billones de euros para participar en la construcción de Angra 3. Alemania se hará responsable en caso de que el gobierno brasileño no cumpla sus compromisos”.
A los activistas alemanes no les gustará la postura del gobierno y protestarán. “Estamos contra la doble moral alemana. No se puede decidir que se van a clausurar todas las centrales del país y ser después avalistas de proyectos nucleares en el exterior”, argumenta Regine Richerter, de la ONG Urgewald. La organización dice haber reunido 125.000 firmas en contra de la participación alemana en la nueva central, que hará llegar al ministro de Economía Philipp Rössler.
Participación nuclear
La energía nuclear aporta el 3% de la energía eléctrica que se consume hoy día en Brasil, lo que equivale a la mitad del consumo de electricidad en el estado de Río de Janeiro. Las dos centrales juntas, Angra 1 y 2, tienen una capacidad de 2007 MW.
Se estima que Brasil alberga la sexta mayor reserva de uranio del mundo (el combustible que alimenta a los reactores), unas 309.000 toneladas. Según los cálculos de INB (Industrias Nucleares de Brasil), esa cantidad sería suficiente para abastecer 32 centrales como Angra 3 durante toda su vida útil. INB es la única empresa que se beneficia de la fabricación de combustible nuclear en Brasil.
Autora: Nadia Pontes/MS
Editora: Emilia Rojas