“La teta asustada”: Claudia Llosa se gradúa en la Berlinale
13 de febrero de 2009“La teta asustada” es una historia que no conoce de fronteras. Ni las de las barriadas pobres de Lima, donde vive Fausta –interpretada por Magaly Soler-, ni las de los Andes, de donde proceden tanto ella como su madre, violada durante el conflicto de Sendero Luminoso, ya con su hija en el vientre. Se trata de una historia universal. De miedos, incomunicación y aislamiento. Pero también de lucha por encontrar un camino a través del cual seguir adelante.
Fausta no había nacido cuando su madre fue violada. Da igual. Ha heredado el miedo, está enferma. Padece una dolencia extraña, llamada “la teta asustada”. Es tal el pavor que siente a vivir una experiencia como la de su madre que llega a introducirse una patata en la vagina. Cree que así va a evitarlo. Además, vive aislada. Incluso su tío, con el que vive, es un extraño. No habla, sólo canta. Y para ello utiliza su lengua materna, el quechua.
Premio de la crítica
“La teta asustada” es la confirmación de una directora con enorme proyección. Con tan sólo 32 años, Claudia Llosa se ha convertido en la realizadora más joven en tomar parte en la sección oficial del Festival de Cine de Berlín. Y lo ha hecho, además, con un rotundo éxito. Su película disfrutó de un cálido recibimiento por parte del público y la prensa especializada. Tanto es así que fue galardonada con el premio que otorga la FIPRESCI (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica).
Y no es para menos. A base de sensibilidad, intimismo y un simbolismo que no ha abundado en la presente Berlinale, el segundo largometraje de Llosa –después de “Madeinusa” (2006)- pretende hacernos reflexionar sobre la dificultad de curar las heridas del pasado.
La idea, explica la realizadora peruana, surgió ya en la época en que estaba acabando de terminar el montaje de su primera película. “Fue entonces cuando llegó a mí de manera casual un libro con cientos de testimonios de mujeres que habían sido azotadas durante la época del terrorismo. Allí se mencionaba lo de “la teta asustada”. Concentraba en una sola frase tantas cosas, la idea de cómo lo emocional se transmite de generación en generación, y me pareció tan mágico y tan sabio que decidí ahondar por ahí”.
El personaje de Fausta
Una de las principales dificultades que tuvo que afrontar Claudia Llosa fue la creación del personaje protagonista, Fausta. “Yo nunca llegué a conocer a ninguna persona con esta enfermedad”, reconoce, lo que la obligó “a leer mucho sobre el miedo”. Un miedo, el de Fausta, “que ha vivido desde que nació. Cómo entender ese miedo y plasmarlo en una persona fue para mí lo más complejo de la historia”.
Pero no sólo de miedo habla la película. Hay muchos matices. Como, por ejemplo, el aislamiento y la incomprensión que vive Fausta. Incluso dentro de su propio entorno familiar. Prácticamente, sólo se comunica con su madre. Cuando ésta muere, su tío se hará cargo de ella. Sin embargo, los puentes de la comunicación están rotos. “Aunque la familia es protectora del enfermo, se distancia de él”, explica Llosa, que añade: “Lo terrible de lo que pasó con el terrorismo es que, en vez de ser abrazada y consolada, la familia fue expulsada, nadie quería tener relación con la víctima”.
La realidad peruana
Las de Fausta no son las únicas heridas en el Perú actual que aún no han cicatrizado. Así, al menos, lo piensa Claudia Llosa, que cree que “todavía no hemos hecho la tarea real de tener el tema solucionado” y que aún se vive “con la sensación de querer cruzar los dedos para no volver a vivir lo vivido”. Sea como sea, Llosa también quiso mostrar en la película a una sociedad peruana “que se ríe de sí misma con una facilidad muy rica, muy renovadora”. Un canto a la esperanza.
Tras el éxito de “La teta asustada” en la presente edición de la Berlinale, Claudia Llosa piensa ahora en tomarse un cierto tiempo antes de comenzar a desarrollar nuevos proyectos. “A diferencia de con ‘La teta asustada’, que tuve como una cierta urgencia por continuar, por mantenerme en el mundo cinematográfico, ahora tengo la necesidad, después de haber hecho dos películas, de dejar que entren en el espacio del espectador, y no me he forzado tanto a buscar ya rápidamente el tema”, explica. No hay prisa. Talento y juventud le sobran. Seguro que cuando llegue, su tercer largometraje también será un éxito.