La tragedia humanitaria se cierne sobre Idlib
25 de diciembre de 2019"Hola, planeta Tierra, somos los niños de Idlib, Rusia nos está matando”. Con ese llamado urgente, la joven siria Merna Alhasan se dirige a todo el mundo a través de Twitter. Alhasan vive en Idlib y reporta desde hace semanas sobre la situación que se vive en el lugar. "La gente de la región se está yendo. Algunos dejan todo atrás y solo quieren estar lejos de esto”, dice la muchacha en un video. Con su móvil envía fotos de una ciudad de cuyo sino pocos se enteran. Autos que hacen fila para salir de allí, personas que protestan contra Assad y Rusia.
Intensa ofensiva
Hace una semana, el gobierno sirio, con apoyo aéreo de Rusia, lanzó una nueva ofensiva sobre la provincia de Idlib, el último bastión controlado por los rebeldes. El gobierno de Bashar al Assad quiere retomar ese territorio, especialmente la ciudad de Maarat al-Numan. Por allí pasa la Carretera Internacional Alepo-Damasco, que lleva hasta la frontera con Turquía. Es por allí que la gente intenta escapar de la violencia. "La gente usa esa vía para huir, pese a que son atacados con bombas y ametralladoras por milicias leales a Al Assad”, dice a DW Till Küster, coordinador de la organización Médico Internacional.
Las fuerzas armadas rusas justifican la ofensiva sobre Maarat al-Numan diciendo que los extremistas locales se negaron a abandonar la región. En la ciudad el control lo ostenta la alianza Hayat Tahrir al-Sham, que alguna vez fue la rama local de Al Qaeda. Las zonas circundantes están en manos de rebeldes apoyados por Turquía. Por ello Merna Alhasan tuiteó que "Turquía podría parar el derramamiento de sangre”. Pero el control turco no es total, y de hecho en Ankara temen una catástrofe si siguen los bombardeos, porque esto implica que nuevamente un enorme flujo de refugiados presionará sus fronteras. "La situación en la región es precaria y los ataques se han intensificado”, dice a DW Dirk Hegmanns, de la organización alemana Welthungerhilfe.
Civiles bajo ataque
Assad califica a ésta como la "batalla decisiva”. El problema es que las tropas del gobierno no diferencian entre civiles y combatientes. Los hospitales son bombardeados, así como centros de asistencia y mercados. En toda la región han sido atacados unos 100 hospitales, dice Küster. Sigue habiendo hospitales operativos e infraestructura sanitaria levantada con apoyo internacional. "Pero todo está absolutamente colapsado”, afirma el especialista.
Según datos de Naciones Unidas, solo el pasado viernes casi 20.000 personas huyeron de la región, y las estimaciones afirman que desde el comienzo de la ofensiva, unas 70.000 personas han dejado sus hogares en busca de un refugio seguro. En total son unos tres millones los civiles que están atrapados entre los combates en Idlib, la mayoría de los cuales ya son desplazados internos. La organización Welthungerhilfe suministra trigo a las panaderías de Idlib para que puedan hacer pan. "Todavía podemos llegar”, dice Hegmanns. Lo que no se sabe es por cuánto tiempo más.
Veto impide más ayuda
Millones de sirios de todo el país requieren con urgencia ayuda para sobrevivir. Pero ni China ni Rusia tienen mucho interés en el tema. La semana pasada, ambas potencias hicieron uso de su poder de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para impedir que se extienda el programa de asistencia humanitaria de la ONU. Alemania, Bélgica y Kuwait habían presentado un borrador para extender por otro año este plan, que permite el ingreso de alimentos y suministros a través de cuatro pasos fronterizos preacordados. Rusia quería disminuir esos pasos a dos y extender el programa por solo seis meses, porque -según ellos- la situación humanitaria ha mejorado.
Como se puede ver en Idlib, no es el caso. Según reportes de activistas, más de 100 personas han muerto en los últimos días debido a los ataques. Un informe de la ONU asegura que en 2019 la situación en Siria empeoró, en comparación con el año anterior.
Abandonados a su suerte
Gracias a la mediación de Turquía y Rusia se logró un cese de las hostilidades en septiembre de 2018, pese a lo cual el gobierno sirio comenzó en abril de 2019 una ofensiva sobre Idlib, que desde diciembre se ha intensificado. Merna Alhasan insta en sus videos a que los sirios se ayuden unos a otros. "No recibiremos ayuda desde fuera, nuestros llamados han sido ignorados por el mundo”, dice. Muchos otros sirios piensan lo mismo, explica Till Küster. "La gente nota que Europa no se va a apurar por ayudarlos”, afirma. Los sirios se sienten dejados a su suerte. Y por ahora, Assad y Rusia pueden actuar libremente. (dzc/ers)
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