La UE, a paso de hormiga contra Rusia
17 de julio de 2014De cara a la incesante violencia en el Este de Ucrania, la Unión Europea ha intensificando ligeramente sus sanciones contra Rusia. Las medidas van dirigidas en contra de empresas u organizaciones rusas que contribuyan a la desestabilización política en Ucrania. Asimismo, el Banco Europeo de Inversiones y el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo tienen prohibido autorizar nuevos proyectos en Rusia.
El significado y el impacto de estas sanciones están a discusión. Probablemente no sean suficientes. Sin embargo, solo se podrán evaluar mejor a finales de julio, cuando se dé a conocer cuáles empresas y organizaciones han sido afectadas.
Evitar una espiral de confrontación
La nueva decisión muestra que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea tienen dificultades para imponer sanciones más duras contra Rusia. Hay varias razones para ello: los políticos de la UE buscan que Moscú cambie el rumbo de su política, pero, al mismo tiempo, tratan de evitar caer en una espiral de confrontación con Rusia.
Si bien han reconocido el peligro del desafío ruso, pretenden que los políticos, que han sido elegidos democráticamente, sean castigados con el voto por el electorado, por ejemplo, cuando Rusia responda con sanciones y éstas perjudiquen la economía del país y los precios de la energía aumenten.
Rusia no es ningún socio comercia o proveedor de energía importante de Estados Unidos, por lo que es más fácil para este país aplicar sanciones más duras. Por lo pronto, la UE no sopesa imponer las llamadas sanciones de tercer nivel contra Rusia. En parte, porque tampoco existe una fórmula mágica para lograr que Moscú cambie su política de la noche a la mañana.
La política de la UE surte efecto
No obstante, no se debería subestimar el efecto de la política de la Unión Europea a mediano plazo, ya que reducirá y dificultará la cooperación con Rusia. Pese a que las sanciones avanzan a paso de hormiga, por lo menos van en la dirección correcta.
Si en los próximos años Occidente llegara a faltar como socio de comercio y de modernización, habrá que ver de dónde vendrán los impulsos de crecimiento. Rusia tiene la mira puesta en los países BRICS y en otros países en vías de desarrollo, pero no funcionará.
El presidente Vladimir Putin ha conducido a Rusia a un callejón sin salida. Solamente una propaganda desmesurada en los medios estatales ha impedido que la población se de cuenta de ello, y eso que los efectos de las sanciones ya son visibles: la economía rusa se estanca y el rublo pierde valor.