COVID-19: UE elude el debate sobre la vacunación obligatoria
12 de diciembre de 2021La Comisión Europea y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) han sido implacables en sus advertencias a los Estados miembro sobre que la situación del coronavirus es dramática y es probable que empeore en las próximas semanas.
Y de forma igualmente implacable, los ministros de Salud de la UE siguen procrastinando. Hay pocos signos de acción coordinada, ya sea al lidiar con la ola actual de contagios o al anticipar el impacto de la variante ómicron.
En su reciente reunión en Bruselas, los ministros se negaron incluso a discutir la vacunación obligatoria en Europa. Pero ya es hora de que lo hagan. Los expertos en salud de la UE dicen que la tasa media de 66 por ciento de inoculación entre adultos en la UE es demasiado baja. En seis países, está incluso por debajo del 55 por ciento.
Sin embargo, todo lo que salió de Bruselas fueron las mismas viejas frases huecas sobre cómo aumentar la tasa de vacunación de forma voluntaria.
Inacción e inercia dentro de la UE
La Comisión Europea no está planeando su propia campaña para aumentar las tasas de vacunación. No obstante, la comisaria de Salud, Stella Kyriakides, ha reconocido correctamente que, mientras un solo país miembro con una tasa de vacunación baja tenga el potencial de desencadenar nuevas olas de infecciones que puedan afectar a los demás, Europa en su conjunto está en peligro.
Y, sin embargo, los ministros de la UE se muestran reacios a adoptar el siguiente paso lógico: debatir la vacunación obligatoria en toda la UE y actuar lo más rápido posible. Las variantes delta y ómicron no esperarán a que los políticos decidan tomar cartas en el asunto.
Austria y Alemania están a favor de introducir la vacunación obligatoria general, mientras que Italia, España y Francia la han impuesto en ciertas áreas y grupos ocupacionales.
Esto podría tener enormes implicaciones para el resto de la UE y los países vecinos. ¿Impedirán Alemania y Austria en algún momento la entrada al país de ciudadanos de la UE no vacunados? Ese sería el paso lógico. ¿Y cómo se alinea esto con el certificado digital de la UE (que muestra si una persona está vacunada, recuperada o es portadora de una prueba negativa), que ha permitido los viajes relativamente sin problemas entre los Estados miembro desde el verano? El silencio de Bruselas es perturbador.
Sin respuestas a preguntas clave
Seis meses después de la introducción del certificado de vacunación, todavía no hay consenso sobre cuánto tiempo debe ser válido. ¿Seis, nueve, doce meses?
Los ministros de Salud de la UE son igualmente evasivos en la interrogante de si se recomiendan las vacunas de refuerzo o incluso si se requieren. Se están posponiendo decisiones cruciales, como si tuvieran todo el tiempo del mundo.
El exministro alemán de Salud, Jens Spahn, dijo a sus excolegas que no creía que fueran necesarias nuevas restricciones de viaje dentro de la UE. Nada puede estar más lejos de la verdad. Irlanda y Portugal ya requieren una prueba negativa además del certificado de la UE. Francia parece dispuesta a hacer lo mismo. Malta solo permite la entrada al país de personas vacunadas, una prueba negativa no será suficiente.
La aplicación de las llamadas reglas 3G (por geimpft, genesen o getestet, vacunado, recuperado o con prueba negativa en alemán), 2G (vacunado o recuperado) o 2G+ (vacunado o recuperado, más prueba negativa), es inconsistente en todos los Estados miembro y vinculado a diferentes criterios. Parece que este mosaico de regulaciones empeorará aún más. Después de luchar contra la pandemia por 20 meses, la UE no ha aprendido casi nada.
¿Puede Karl Lauterbach hacer la diferencia?
El nuevo ministro alemán de Salud, Karl Lauterbach, tendrá mucho trabajo por delante cuando se siente con sus colegas en Bruselas e intente acelerar el proceso de toma de decisiones. Ahora es el momento de abordar la vacunación obligatoria y las regulaciones de viaje, no en algún momento durante la sexta o séptima ola.
Aun así, no todo es pesimismo y fatalidad. La UE ha conseguido adquirir de forma conjunta suficientes vacunas para todos los países, a pesar de que un tercio de todos los ciudadanos de la UE no las quiere. Por ahora. Más allá de eso, la Comisión Europea debe tomar la iniciativa en nombre de los Estados miembro en la compra y distribución de nuevos medicamentos que podrían contrarrestar el COVID-19 en sus formas más severas. Un pequeño paso en la dirección correcta. (rr/dzc)