La UE le tuerce el brazo a Polonia
23 de noviembre de 2018Por fin llegan buenas noticias desde Polonia, al menos desde la perspectiva de la Unión Europea: el partido gobernante Ley y Justicia ha dado pie atrás con la controvertida ley que forzaba el retiro de jueces del Tribunal Supremo y del Tribunal Supremo Administrativo. La presidenta de la Corte Suprema podrá regresar a su cargo tras largos meses de protestas. ¿Quiere esto decir que no se ha perdido del todo el Estado de derecho en ese país, como sospecha la Comisión Europea?
Mantener la presión
La Comisión había iniciado un procedimiento que, apelando al Artículo 7 de los Tratados de la Unión Europea, tenía como objetivo revisar y eventualmente restablecer el Estado de derecho en Polonia. Esta "bomba atómica política", como se conoce al Artículo 7 en la jerga de Bruselas, no bastó para hacer retroceder al Gobierno de Varsovia. También se hizo necesaria una orden provisional del Tribunal de Justicia de Luxemburgo para hacer recapacitar al líder de Ley y Justicia, el nacionalista Jaroslaw Kaczynski. El tribunal había ordenado la reincorporación temporal de los letrados polacos a sus puestos, mientras el tema era analizado por la alta instancia europea. Al unir fuerzas, las instituciones europeas hicieron realidad lo que muchos consideraban ya imposible.
El Gobierno polaco entró en razón y se sometió a las normas. Si lo hace por convicción o se trata de una maniobra táctica para mejorar sus relaciones con la UE, es aún un misterio. Es probable que la posibilidad de recibir multas por parte de Tribunal de Justicia haya llevado a Varsovia a renunciar a su plan original. Aunque también es posible que los decepcionantes resultados obtenidos por Ley y Justicia en las elecciones comunales hayan llevado al Gobierno a replantearse el escenario.
El respeto por el Estado de derecho es un requisito indispensable no solo político, sino también desde una perspectiva económica, para que los inversionistas pongan sus ojos a largo plazo en Polonia. Esto tiene que ver también con el crecimiento y los puestos de empleo. Seguramente también pensaron en eso al tomar la decisión las autoridades polacas.
La reinstalada presidenta de la Corte, Malgorzata Gersdorf, sigue siendo cautelosa: quiere ver el texto de la ley antes de confiar en el partido gobernante. La legislación que pone fin a la obligación de pensionarse que pesaba sobre los jueces fue sancionada por el Parlamento en pocas horas. La oposición criticó esta situación, porque no se ajusta al derecho.
Respetar las leyes
Si bien se trata de un paso en el rumbo correcto, hay que decir claramente que es apenas la mitad de lo que debía ser. Buena parte de la polémica reforma al sistema judicial sigue en pie. Por ello, sería demasiado pronto para frenar la aplicación del Artículo 7. La Unión Europea debe intentar que el Gobierno de Polonia corrija aún más su reforma. Si esto requiere nuevamente la participación del Tribunal de Justicia Europeo de Luxemburgo, sería un duro golpe para el Ejecutivo polaco.
El mensaje que deja esta disputa entre Polonia y la UE es bastante claro para los populistas y nacionalistas: al final todos deben cumplir las normas que han aceptado al ingresar a la UE. Eso no solo vale para Polonia, Hungría o Italia, sino para todos los estados miembros de la Unión. El que no reconozca ni acepte aquello debería irse. Y mejor que lo haga lo antes posible.
(DZC/CP)
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