La UE no encuentra respuesta unitaria al desafío de la inmigración
27 de septiembre de 2006Pocas veces hubo tanto consenso en Estrasburgo como el que imperó este jueves. Porque en lo tocante a los refugiados, los europarlamentarios, la Comisión de Bruselas y la presidencia finlandesa de la Unión Europea reman en una misma dirección. Su credo: más política europea y menos localismo estatal.
En general, todos quisieran que las instituciones comunitarias velaran por la impermeabilidad de las fronteras, para poner freno a la llegada masiva de inmigrantes ilegales. Pero, en lo que respecta a la emigración legal, los miembros de la UE quieren mantener el control en sus manos. Su argumento: las necesidades del mercado laboral difieren de país en país.
Soluciones integrales
El jefe de la bancada socialdemócrata del Parlamento Europeo, Martin Schulz, considera que esta doble estrategia es errónea. "Las olas de migración que tenemos en las costas del sur de Europa no se pueden contener únicamente aplicando restricciones. Se requiere una combinación de lucha contra el crimen organizado y legalización de inmigrantes, y una política coordinada de integración", señaló. Al igual que casi todos aquellos que tomaron la palabra, Schulz reprochó lo poco que se ha avanzado en los últimos años en dirección hacia una política conjunta en la materia.
La europarlamentaria conservadora Eva Klamt, por su parte, criticó la actitud de España en el área de la inmigración. A su juicio, no se puede otorgar primero permiso de estadía a medio millón de inmigrantes ilegales y luego sorprenderse de que llegue más gente en masa. "No se puede llevar a cabo, por una parte, una legalización masiva, sin información, sin consultas, y luego pedir ayuda a la UE cuando los efectos de tal medida comienzan a manifestarse", afirmó.
Expulsión o legalización
La discusión en curso entre los ministros del Interior europeos gira en torno a una disyuntiva sustancial: expulsión consecuente de los inmigrantes ilegales o legalización. Dado que no es fácil encontrar la solución, el ministro de Justicia de la UE, Franco Frattini, apeló por lo pronto a los intereses comunes de los Estados miembros: contar con una frontera exterior segura. "La solidaridad consiste en ayudar a los países que se encuentran bajo presión", afirmó.
Eso implica, en concreto, poner a disposición embarcaciones, helicópteros y aviones para patrullar las costas del sur de Europa. Frattini se propone lograr un acuerdo al respecto en el próximo encuentro de ministros del Interior. Por lo menos, sería un pequeño paso.