La UE y la vacunas en América Latina: ¿liberar las patentes?
4 de febrero de 2021Antes de que acabe abril del 2021, el fondo COVAX debería haber repartido 377.910 dosis de vacunas contra el COVID-19 entre cuatro países de América Latina: Bolivia, Colombia, El Salvador y Perú. Con un horizonte un poco más lejano, en América Latina son 37 los países que participarán de la iniciativa, 10 de los cuales no tendrán que pagar por las vacunas. La UE financiará 1,3 millones de vacunas con parte de su aporte, de un total 800 mil millones de euros.
En el mundo entero, 72 países se han plegado a COVAX. El objetivo de esta iniciativa, nacida en la primavera boreal de 2020, es vacunar a un 20% de la población mundial en mayor riesgo.
"Nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo, es nuestro principio guía. La UE seguirá apoyando fuertemente la solidaridad global”, dijo en la comisión de Desarrollo de la Eurocámara Jutta Urpilainen, comisaria para Asociaciones Internacionales. A pocas horas del anuncio de que el fondo COVAX -de la Organización Mundial de la Salud apoyado por la Unión Europea- iniciará este mes la distribución de vacunas, la política europea lanzó un fuerte mensaje.
Por otro lado, según fuentes europeas, Bruselas está trabajando con sus socios también en instrumentos a largo plazo, para esta y otras posibles pandemias: reforzar los sistemas de salud locales, también los de producción local de insumos y medicamentos.
La propia Unión Europea -que financió la investigación de algunas vacunas- se enfrenta a insuficiencia de producción; las limitaciones que manifiesta COVAX aportan leña al fuego de esta discusión en torno a lo que se supone que es un "bien público global”.
Las 500 millones de dosis que necesita América Latina urgen a poner el foco en que las dosis de vacunación disponibles no bastan. Aunque las dosis del fondo COVAX se agradecen y las que está suministrando China se acogen con beneplácito, a todos luces, no son suficientes.
"No podemos seguir hablando de la herramienta COVAX de la misma manera que cuando no había vacunas en el mercado”, apuntó Soraya Rodríguez, eurodiputada del bloque liberal en la comisión de Desarrollo de la Eurocámara. "Las vacunas están en el mercado. Hay que hablar del problema real: la producción de vacunas”, subrayó.
"No vamos adquiriendo vacunas y distribuyendo los excedentes. Tenemos que compartir el conocimiento y la inversión que hemos metido en la investigación de las vacunas”, recordó Soraya Rodríguez. "¿Qué estamos haciendo para que esos países tengan centros de producción?”, cuestionó.
Según explicó a DW Antoni Comín, eurodiputado de la comisión de Desarrollo, la clave de la solución está en manos de la UE. "Por un lado, sus Estados pueden, ante la Organización Mundial del Comercio, conceder licencias para que empresas en India, Sudáfrica o Brasil produzcan la vacuna”, apunta el político catalán. Esto, yendo un poco más lejos, aliviaría el peso en el suministro.
Como fuere, tanto Comín como voces de otros bloques de la Eurocámara, van un poco más lejos. "Hemos financiado la investigación y el desarrollo de esas vacunas”, explica Comín. "La Comisión Europea y los gobiernos europeos tienen la legitimidad para exigir la suspensión de la patente, debería obviarse con los países del sur que lo están pidiendo”, puntualiza. De ponerse en práctica, en cuestión de dos años, los millones de dosis que necesita América Latina estarían aplicadas. "No es solo solidaridad. La economía mundial se recuperaría más rápido y Europa, que no puede aislarse completamente, también estaría a salvo”, agrega Comín.
"Es indiscutible que tenemos que fortalecer COVAX”, enfatiza Comín y concluye: "Pero el tiempo lo es todo en esta pandemia mundial. Que la campaña de vacunación no tarde en Europa un año o dos y en América Latina tres, cinco o siete, es la clave”.