La unión hace la fuerza: receta del Unión Berlín

Las ceremonias en el Alter Försterei son únicas. Fischer junto a su grupo las presiden desde hace dos temporadas, y han fidelizado y convertido a uno que otro incrédulo. El técnico desde su llegada ha hecho visibles los métodos de trabajo de un equipo de la Bundesliga, que está lejos de recibir inversiones millonarias de empresarios.

El suizo funge, además, como una figura paternal entre los jugadores. No hay trato preferencial para nadie. Ni siquiera para su capitán Christoph Trimmel: "ya sea en el campo de entrenamiento o fuera de el, él siempre me habla de manera directa y de forma muy honesta. Aprecio que lo haga siempre y si lo hace con todos los jugadores, que creo que es así, es un buen camino para que todo funcione. Nadie se siente traicionado, todos se sienten cómodos y saben a qué atenerse con él”.

Persevera y vencerás

La constancia hace parte de la fórmula del éxito: tras once jornadas, Union Berlin solo ha encajado dos derrotas. En la Bundesliga, solo hay dos equipos con mejores números: el Bayern Munich y el Friburgo. Están cerca de posiciones de Champions League, en concreto, a solo dos puntos del Wolfsburgo. Los lobos se metieron en la carrera por competición internacional ocupando la cuarta casilla.

Hacer prosperar el trabajo colectivo y promover la individualidad es la consigna de Fischer. El técnico se esmera por darles confianza para evocar en los jugadores esos instantes de valentía, a veces tan necesarios cuando se quiere encontrar las mejores resoluciones en ciertos momentos decisivos del partido.

El ímpetu táctico

Asimismo, el orden es un punto máximo a lo que se requiere la escuela Fischer. La estructura parte en sí desde la Grundordnung, o de la manera como forman. Luego se extiende a los comportamientos tácticos individuales de los jugadores. Cuando la casa está organizada desde atrás, la misión es no abandonar el patio propio, pero siempre con miras a atacar la pelota desde allí.

Es decir, el equipo rojiblanco da por sentado desde el primer momento, que no va a tener la posesión de balón. Por supuesto, eso demanda otras cualidades técnicas individuales. Por ello su juego parte del no tener la pelota, y en el caso de tenerla, contraatacar y aprovechar los espacios que dejaron atrás los rivales, los cuales están más concentrados en invadir el jardín del Unión. Por otro lado, también cerrar los espacios y boquetes de tal manera que el apoyo colectivo sea más ameno. Lo que le llaman la superioridad numérica para eliminar líneas de presión.

Esta fórmula del éxito también la aplicarán en el derbi berlinés ante el Hertha. Union seguirá derribando clichés en el fútbol moderno. Un equipo que ascendió a la Bundesliga no solo tiene que preocuparse por su permanencia. Un equipo recién ascendido también puede poner en aprietos a su millonario archirrival.