Las asignaturas pendientes de Europa en política de asilo
24 de agosto de 2015Procesos unificados
El 20 de julio de 2015 entró en vigor una nueva directriz europea que busca unificar los procedimientos de asilo de los 28 socios comunitarios. Los procesos sólo deberían durar hasta seis meses y la protección al refugiado debería ser similar en toda Europa, aunque se prevén algunas excepciones. Los Estados deciden sobre la concesión y, una vez aprobada la solicitud, este derecho únicamente rige en el país que la concede, y no en toda Europa. Según la Comisión Europea, así se combate la arbitrariedad a la hora de conceder asilo. Sin embargo, no llega a desaparecer porque los Estados miembros deciden quién entra y quién no. La Comisión busca una normativa por la cual los refugiados en un país deberían ser reconocidos por todos. Pero esto durará años. La UE trabaja en un derecho común de asilo desde 1999, cuando se decidió Támpere.
Seguridad en terceros estados
Actualmente, no hay lista común de terceros países seguros para toda la UE. Cada miembro tiene una propia y califica de forma diferente a países como Kosovo o Irán. Ahora, la Comisión pretende una lista común para los 28 miembros. Su presidente, Jean-Claude Juncker, aclaró que no tiene sentido que algunos países de los Balcanes no sean considerados seguros y al mismo tiempo sean candidatos para ingresar en la UE. La Agencia Europea de Asilo debería proponer criterios comunes, tanto para la calificación de "países seguros" como para el asilo. Así se podrían aplicar procesos más fáciles de aceptación o, en su caso, repatriación.
Normativa de Dublín
Desde hace 25 años, en la UE rige el principio de que el país competente para conceder asilo es el primer país que pisa el solicitante. En la práctica, como dijo Angela Merkel, esto no funciona. Países como Grecia, Italia, Bulgaria y Hungría serían competentes para la mayoría de solicitantes que vienen por los Balcanes para llegar a Alemania, Francia o Suecia. Cinco de estos países del norte de Europa son ahora competentes para la mayoría de las solicitudes aunque, teóricamente, no deberían serlo.
Grecia e Italia argumentan que están sobresaturados y el Tribunal de Justicia europeo sentenció varias veces que no se puede deportar a refugiados desde Alemania a Grecia por falta de garantías para un proceso digno. El año que viene se negociarán las modificaciones necesarias en el tratado de Dublín.
Cuotas y distribución
La Comisión quiso regular la distribución de refugiados debido al enorme número de solicitudes de asilo. Los miembros de la UE no quieren comprometerse a un reparto obligatorio, sino a uno voluntario. Pero también esta medida llega tarde, puesto que la mayoría de países, sobre todo Gran Bretaña y España, ya no quieren recibir más. Alemania recibió el 40% de las solicitudes y presiona apelando a mayor solidaridad entre estados miembros.
Deportación y repatriación
La regulación de la deportación también difiere entre los miembros. Sólo se ejecuta la tercera parte de las solicitudes rechazadas. Algunas veces se les "tolera" por causas humanitarias, como en Alemania, y otras sobreviven como ilegales y desaparecen como sucede en Grecia o Italia. La Comisión quiere unificar también estas prácticas y mejorar la cooperación con países de origen que, en ocasiones, rechazan la repatriación. Para la UE, las deportaciones no ejecutadas sirven como argumento para que los solicitantes busquen suerte en Europa. "El deficiente sistema de repatriación abre muchas posibilidades a los ilegales", afirmo la Comisión en mayo de 2015.
Sustento de refugiados
Europa tiene reglas unificadas para el alojamiento y la manutención, pero no siempre se aplican. No deberían existir campamentos como los de Kos o Calais. Las prestaciones o el dinero de bolsillo no están regulados y son competencia de cada estado miembro, que reciben fondos de Bruselas para alojar a los solicitantes en albergues provisionales.
Seguridad en las fronteras exteriores
Dentro de la UE hay libertad de movimiento sin controles. Los Estados son responsables de la seguridad en la frontera exterior, apoyados por la Agencia Europea de Protección de Fronteras (Frontex). En caso de duda, un Estado miembro tendría derecho a reforzar sus fronteras con vallas u otras instalaciones como en España, Grecia, Bulgaria y Hungría. En casos extremos, podrían incluso cerrar provisionalmente sus fronteras con otros países de la Unión, medida que debería ser aprobada a nivel europeo. También se pueden implantar controles fronterizos internos con la aprobación de la Comisión.