Las heridas de guerra en los cálculos polacos
21 de junio de 2007El primer ministro de Polonia, Jaroslaw Kaczynski, desenfundó armas de grueso calibre para defender lo que considera el derecho de su país a tener más peso específico en el futuro sistema de toma de decisiones de la Unión Europea. Y apuntó con ellas directamente a Alemania, desenterrando viejas cuentas del tiempo de la II Guerra Mundial. Según los cálculos del jefe de gobierno de Varsovia, "si Polonia no hubiera pasado por lo que pasó entre los años 1939 y 1945, hoy tendría una población de 66 millones de personas". Ergo, según su lógica, eso debería tomarse en cuenta en la repartición de los votos que se asignen a cada país.
"Experiencia histórica"
Jaroslaw Kaczynski aseguró que no quiere alimentar resentimientos, pero también apuntó que la experiencia histórica -no sólo durante la II Guerra Mundial- ha enseñado a los polacos que "la debilidad no sirve de nada a las víctimas". Según indicó, por eso, aunque actualmente no corra peligro alguno, Polonia aspira a tener fuerza dentro de la UE.
Las declaraciones de Jaroslaw Kaczynski, formuladas hace dos días en la radioemisora estatal polaca, estallaron hoy como un polvorín político en la tradicionalmente tan sutil arena diplomática europea. Aunque las autoridades polacas ya habían causado cierta irritación con sus propuestas de aplicar una fórmula basada en la raíz cuadrada de la población para determinar el número de votos que le correspondería a cada Estado de la Unión Europea, nadie se esperaba algo así.
"Escapadas irracionales"
Más allá del tema concreto en discusión dentro de la UE, en que Polonia sólo ha conseguido un tibio apoyo de la República Checa, los argumentos esgrimidos por Jaroslaw Kaczynski en su afán de reforzar su posición están fuera de lugar a estas alturas de la historia. Cierto es que la Alemania de Hitler causó un "sufrimiento inconmensurable a Polonia", como dijo el jefe del gobierno de Varsovia. De hecho, tres de los seis millones de víctimas del Holocausto fueron judíos polacos. Verdad es también que Polonia pedió durante la II Guerra Mundial cerca de un 20% de su población. Pero pretender derivar de ello un efecto para las arduas negociaciones de Bruselas denota al menos estrabismo político.
Aunque el tema sea demasiado delicado como para que en Berlín alguien osara rebatir los argumentos polacos en el mismo tono, sí hubo críticas a nivel europeo. La más clara fue la del primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Junker: "yo sólo puedo advertir contra escapadas irracionales", comentó el gobernante luxemburgués.