“Las penas de prisión no curan las adicciones“
26 de junio de 2015"No se trata de desconocer las convenciones internacionales, sino de ajustar su interpretación reconociendo que en los últimos 40 años la lucha contra las drogas no ha funcionado como se esperaba", señaló el ministro de Justicia de Colombia, Yesid Reyes Alvarado, en conversación con DW.
Colombia apuesta por la sustitución de cultivos ilícitos y decidió hace unas semanas dejar de fumigar dichos cultivos con glifosato. Las autoridades colombianas sostienen que, mientras no se ofrezca una alternativa de vida a los pequeños productores, la fumigación con químicos no es efectiva, pues simplemente buscan otras zonas de cultivo de difícil acceso para el Estado.
En el marco de una reunión de alto nivel del G-7 que abordó el Desarrollo Alternativo, Reyes Alvarado expuso ante un grupo de 40 expertos provenientes de Europa, Asia y América Latina, la propuesta de Colombia que, respaldada por México y Guatemala, busca un cambio de orientación en la comunidad internacional ante el problema del consumo y la producción de drogas.
Países productores y países consumidores
“No tiene sentido seguir tratando de la misma manera al líder de un cártel de narcotráfico que al consumidor habitual de marihuana. Las penas de prisión no curan las adicciones“, dijo Reyes Alvarado ante los participantes de la reunión en el Ministerio alemán del Exterior. El ministro colombiano sostiene, además, que la división artificial entre países productores y consumidores ha sido superada por la realidad, con la aparición y rápida expansión de las drogas sintéticas que ha ido acompañada de un preocupante aumento de los niveles de adicción.
“Estamos muy cerca de la descriminalización del consumo de drogas. Uno de los planteamientos que nosotros hacemos con miras a la sesión de la ONU de 2016 es que el consumo de drogas sea tratado en el futuro como un problema de salud pública y no como un problema criminal que puede ser resuelto a través del derecho penal. Proponemos también, respecto a los pequeños productores de droga, enfoques como los programas de Desarrollo Alternativo, que les permitan salir de la ilegalidad a través de ofertas de apoyo por parte del Estado“.
Café en vez de hoja de coca
Desde 2006 Colombia comenzó a implementar un programa contra cultivos ilícitos a través de la sustitución de cultivos como café, cacao, caucho, palma, y plantaciones forestales. A través de ese programa han sido erradicadas las plantaciones de cultivos de coca en unas 14.000 hectáreas. “Son varios miles de familias las que se han vinculado a estos programas, incluso comunidades indígenas como los Kogui, que habitan la Sierra de Santa Marta, que llegó a tener 400 hectáreas de coca sembradas por grupos paramilitares que controlaban la zona. Han sido sustituidas por 1.200 hectáreas de café que ellos manejan en su totalidad, desde la siembra hasta el empaque y la venta“.
Alemania ya apoya a Colombia, pero Bogotá necesita un mayor apoyo a los programas de Desarrollo Alternativo, concluyó el ministro: “Necesitamos más ayuda económica y tecnológica para seguir multiplicando las hectáreas que queremos quitarle a los productores de hoja de coca“.