Latinoamérica en los 70 años del Parlamento Europeo
25 de noviembre de 2022“Hemos venido hasta aquí a contar que hay empresas europeas que han llegado a mi país a criminalizar a mi pueblo, a pagar corrupción”, dijo a DW Marcelina Barranco, activista medioambiental de la región mexicana de Cholulteca. Los vertidos de una empresa del sector lácteo amenazan el río del que viven las comunidades.
Después de una larga jornada de reuniones en el Parlamento Europeo -que ha celebrado esta semana sus 70 años de existencia-, Barranco explica su desplazamiento hasta Bruselas: “A diferencia de mi país, aquí somos escuchados”. Si a los atentos oídos siguen acciones concretas, es harina de otro costal.
Instancias varias
“Aunque no hay una implicación directa del Parlamento Europeo en América Latina, sí hay una preocupación constante y temas de derechos humanos en Venezuela, Nicaragua o Cuba son abordados de manera regular por la Eurocámara”, dice a DW Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano. “Para ciertos temas hay más receptividad en la Eurocámara que en las instituciones de algunos países de América Latina”, agrega.
Y si bien las resoluciones de urgencias sobre derechos humanos no tienen ninguna consecuencia práctica, "el nivel simbólico de estas resoluciones es importante”, apunta el especialista.
Para muestra un botón: la resolución que se aprobó en mayo de 2022 expresando la preocupación europea por el asesinato de periodistas en México cosechó airados comentarios por parte del gobierno mexicano. No son pocas las veces que se ha calificado estas resoluciones de injerencia en asuntos internos de terceros países.
En cambio, la resolución aprobada unánimemente en apoyo al proceso de paz de Colombia fue muy bien recibida. “Ahora hay un nuevo proceso de paz en marcha, con el presidente (Gustavo) Petro y el ELN, un actor más complicado. Creo que si se pidiese la opinión de la Eurocámara, ésta volvería a mostrar solidaridad con el proceso con la esperanza de que la paz llegue a Colombia”, apunta Malamud.
Contrariamente a esos documentos consensuados por los grupos políticos europeos, los que salen de la Asamblea Euro-Latinoamericana (EuroLat), que nació en el 2006, son producto de parlamentarios de ambos lados, 75 europeos y 75 latinoamericanos. A la última reunión en Buenos Aires, en marzo de 2022, seguirá en diciembre otra en Bruselas.
Temas de medioambiente, seguridad, género, comercio y política nutren las relaciones birregionales. “En ese contexto se desarrolló hace cinco años un nuevo documentopara las relaciones entre la Unión Europea y América Latina”, apunta Malamud.
Los premios Sájarov
“Desde Guapinol, nosotros venimos a pedir que los parlamentarios sigan con el dedo en la línea”, comentó a DW Reynaldo Domínguez, defensor del Parque Nacional Montaña de Botadero Carlos Escaleras, donde nacen los ríos Guapinol y San Pedro. A la oposición de la comunidad a una mina a cielo abierto que amenaza las fuentes de agua, siguió su criminalización y prisión arbitraria para ocho de sus líderes. Esta lucha por el medioambiente los llevó a ser finalistas del Premio Sájarov. Y desde diversas instancias se abogó por su liberación. “Después de 900 días fueron liberados. Pero la mina sigue ahí”, advierte Domínguez.
Como la comunidad de Guapinol, la también finalista de San José de Apartadó en Colombia ha entrado a la Red Sájarov; ésta, gestionada desde la Eurocámara, representa y defiende la libertad de conciencia. Otros, como las Damas de Blanco en Cuba o la oposición democrática de Venezuela se ha llevado el galardón. También, en 1992, las Madres de Plaza de Mayo.
“Ellas fueron todo un símbolo de lucha contra la dictadura en la Argentina. El valor simbólico de estos premios hace que su entrega tenga tanta trascendencia que son temidos por dictadores que han llegado a impedir la salida de sus países a los ganadores para que no puedan recogerlos”, recuerda Malamud.
Poder sobre acuerdos internacionales
Por último, cabe recordar el poder de veto que tiene el Parlamento Europeo sobre los tratados internacionales que firma la Unión Europea. Con América Latina, desde México hasta la Patagonia, solo falta uno con los países del Mercosur. Por eso las presiones pro y contra llegan a las comisiones parlamentarias.
“El Parlamento Europeo tiene la potestad de ratificar aquellos acuerdos donde la Comisión Europea tiene las competencias transferidas, es decir, en temas comerciales y de inversión. En todas aquellas cuestiones donde no hay esas transferencias tiene una capacidad limitada”, recuerda Malamud.
El mejor ejemplo es la falta de ratificación del Acuerdo de Asociación con los países de América Central: su pilar comercial entró en vigor hace diez años, pero aún se espera que las partes de diálogo político y cooperación acaben de ser ratificados por todos los estados de la UE. “La situación es compleja”, subraya el especialista. “En cuanto al acuerdo con Mercosur, países como Francia y Austria están marcando la dificultad de avanzar; también están las dificultades existentes en Argentina y Brasil”, añade.
Con todo, y aunque en el acuerdo de diálogo político y cooperación que se firmó con Cuba no es ni de comercio ni de inversión, desde la Eurocámara se bregó arduamente por que tuviera lugar, levantando así la posición común que limitaba las relaciones entre Bruselas y La Habana por la falta de avances en derechos humanos.
“Cuando se eliminó la posición común, después de mucho tiempo, fue porque se había llegado a la conclusión de que no servía a los intereses europeos. Tardó mucho tiempo, debido sobre todo a la cerrazón de algunos países europeos que insistían en que un diálogo con un país comunista no tenía sentido. Gracias a la labor de la entonces Alta Representante de la Política Exterior y de algunos estados miembros finalmente quedó derogada”, recuerda Malamud.
“Ahora tenemos un tratado de cooperación que tiene un alcance bastante limitado y que, prácticamente, no tiene capacidad de incidencia en la lamentable situación interna de Cuba”, concluye.
(dz)