Lavar platos no es igual a lavar platos
3 de diciembre de 2002Casi 100 personas de 7 naciones europeas participaron en este experimento. Tuvieron que limpiar 140 piezas de vajilla, desde tenedores y cuchillos hasta platos y sartenes, con restos de grasa y comida pegada desde hace semanas. Y para hacer la limpieza gozaron de libertad absoluta. Lo pudieron hacer con mucha o poca agua, con detergentes en polvo, barra o líquido, especiales o de uso general, con esponjas o cepillos. Al gusto y usanza propia. Los resultados fueron minuciosamente analizados y son sorprendentes.
Agua+detergente+tiempo= ¿?
La ecuación mucha agua + más mucho detergente + más mucho tiempo = no es igual a limpieza total. Por lo visto todo es resultado de la técnica correcta. El profesor de la universidad de Bonn, Rainer Stamminger, descubrió que existe una verdadera brecha norte-sur en el consumo de agua. Mientras que los alemanes logran lavar sus platos con 47 litros de agua promedio, los italianos necesitan para la misma cantidad de platos 107 litros de agua. Y los ciudadanos turcos requirieron incluso 300 litros de agua, vaya desperdicio! Los españoles y los turcos son, entre los ciudadanos de siete países europeos, los que mejor friegan los platos, aunque también los que gastan más agua para ello, según el estudio de la Universidad de Bonn, financiado en parte por fabricantes de lavavajillas alemanes, italianos y turcos. Los alemanes y los británicos son los que más esmero ponen en no gastar ni una gota más de agua de lo necesario en esa tarea doméstica.
La mano de mamá
Entre los resultados sorprendentes se encuentra el hecho de que casi todos lavan la vajilla como lo aprendieron de mamá. Pero en tiempos de escasez de agua y de creciente conciencia ecológica hay que dejar atrás las enseñanzas de mamá, especialmente si estas implican el consumo desmedido del valioso líquido. Hay reglas generales para reducir el uso de agua, según indica Stamminger, que ha analizado detalladamente los videos hechos de los voluntarios. Primero hay que retirar los restos de comida y muy importante, no dejar que se seque la comida. En caso de no haber logrado limpiar los platos poco después de comer, lo mejor es remojarlos. Jamás lavar bajo un chorro de agua . Lo mejor es la técnica de dos fases. Primero enjabonar en agua caliente, después enjuagar con agua fría.
Mucho más fácil, rápido y limpio
La conclusión más importante de este estudio es que no hay como tener un lavavajillas. La máquina lavavajillas demuestra un mayor rendimiento. No sólo requiere menos tiempo, sino que usa menos agua -en promedio menos de 30 litros- y además deja los platos más limpios. Así que señores y señoras, porque hacer un trabajo tan improductivo como lavar platos, si la máquina lo puede hacer mejor y de forma más ecológica. Un estudio que se da a conocer justo a tiempo para los deseos de Navidad. Ah, y por cierto, estos datos son sólo los primeros de este estudio, que terminará en febrero del próximo año.