Ley alemana propone reconocer derechos de adopción a parejas homosexuales
23 de julio de 2009
Por mucho tiempo la paternidad y la homosexualidad parecían ser incompatibles. No obstante las familias lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas (LGBT) también llamadas “familias arcoiris”, ya no son casos tan aislados.
En Alemania crecen miles de niños en familias arcoiris. Muchas lesbianas y gays escogen ser padres sin cambiar su identidad sexual. Las familias LGBT no son tomadas aún en cuenta como imaginarios de familias comunes ni en las ciencias ni en la sociedad. Adicionalmente estas familias no son completamente aceptadas ni social ni legalmente.
Alemania rezagada en derechos a comunidad LGTB
En Alemania la planificación familiar enfrenta más dificultades para lesbianas y gays o parejas homosexuales que para mujeres y hombres heterosexuales, sobre todo en comparación con otros países europeos, como España, Bélgica, Holanda o los países escandinavos.
La Asociación Alemana de Homosexuales (LSVD) ha impulsado por ello el proyecto de “Familias arcoiris” que busca “expandir el estatus personal, social y legal de las familias LGBT en Alemania”. Un cometido que ha sido respaldado por el ministerio alemán de Justicia.
Seguridad jurídica y patrimonial para niños y adultos
Un proyecto de ley presentado este 23 de julio de 2009 por el Gobierno de Angela Merkel busca, según el ministerio de Justicia, “recoger las solicitudes de la comunidad LGBT de proporcinarle seguridad jurídica y patrimonial a las personas del mismo sexo que quieran adoptar niños”. Una propuesta que el opositor Partido Liberal (FDP) ha criticado como “insuficiente”, mientras el Partido Demócrata Cristiano, el partido de Merkel, rechaza de llano la iniciativa.
Unos 700.000 mil niños viven en Alemania en familias de padres del mismo sexo, según la LSVD. La mayoría de estos niños proviene de un matrimonio de heterosexuales que tras la separación son acogidos en familias de padres homosexuales. Pero la Ley no permite, hasta ahora, que el compañero o compañera de la madre o padre biológicos adopte los hijos de su pareja. Algo que las parejas heterosexuales pueden hacer sin ningún problema.
Sin adopción, los niños pueden quedar sin amparo
Al impedir su adopción por parte del compañero o compañera homosexual del padre o madre biológicos la Ley alemana ha ignorado la seguridad física de los niños, critica la LSVD. Si muere el padre o la madre biológica, los niños que han crecido bajo el amparo de dos personas quedan sin la parte que les garantizaba legalmente la manutención.
La actual iniciativa de homologación legal del Gobierno de coalición busca pues eliminar esa discriminación que desconoce el bienestar de los niños y viola el derecho de igualdad de los padres.
Pero la “actualización” la de Ley alemana de Adopciones no sólo permitiría la adopción de hijos nacidos en una familia heterosexual sino también los hijos de una “familia arcoiris” nacidos a través de inseminación artificial, en las cuales el donante del semen casi siempre es anónimo.
Concordancia y rechazo
En inusual concordancia, el Gobierno de Merkel y la Asociación alemana de Homosexuales consideran dicha propuesta como “un paso hacia la reducción de la discriminación legal y social que sufre la comunidad LGBT en Alemania”.
Pero no todos se alegran en Alemania sobre el reconocimiento de derechos negados hasta ahora. El diputado Norbert Röttgen, del partido de la canciller cree que legalizar lo que de facto ya existe, familias de padres homosexuales con hijos, sean propios o no, “le quita el derecho a los niños a tener una mamá y un papá”.
“Niños que crecen en familias con padres del mismo sexo son normales”
Un estudio del Instituto para la Investigación de la Familia de la Universidad de Bamberg, realizado por encargo del ministerio alemán de Justicia, dirigido por la socialdemócrata Brigitte Zypries, rebate los argumentos de la CDU: “No hay ninguna señal de que niños que nacen o crecen en una familia de padres homosexuales sufran alguna desventaja”. La LSVD agrega: “Es más, estos niños crecen conscientes de que, por ninguna razón, ni un Estado, ni una sociedad puede discriminar a sus ciudadanos”. Se trata del bien de los niños, no de ideologías.
Autor: José Ospina Valencia
Editora: Emilia Rojas